Nadie puede negar la belleza de la imagen de Jesús Caído, si bien con el paso de los años y a consecuencia de desafortunadas intervenciones la imagen había sido despojada de su grandeza original, oculta bajo distintas capas de pintura afortunadamente reversibles. Hasta un minucioso trabajo de los restauradores Enrique Ortega y Rosa Cabello para recuperar la inconfundible calidad artística de la imagen de Jesús Caído.

A lo largo de una interesante conferencia celebrada anoche en la iglesia de San Cayetano, Enrique Ortega, gerente de la empresa de restauración Regespa, fue desgranando los pormenores de la intervención a la que ha sido sometida la imagen en los últimos seis meses y gracias a las cual se ha sacado a la luz la policromía original.

El citado especialista, con el apoyo gráfico de más de un centenar de imágenes, comenzó su disertación con el estado en el que la imagen llegó al taller, así se pudieron ver los resultados del estudio radiológico de la imagen que ha servido para ver su estado interior. Asimismo, un estudio de rayos ultravioletas detectó todos los repintes posteriores a la policromía original, fruto de dos restauraciones: una fechada en el siglo XIX y otra en el XX, repintes que se han podido eliminar dejando a la vista la policromía original.

La imagen de Jesús Caído presentaba distintas grietas sobre todo en las zonas más sensibles como el rostro, manos o pies, que han sido resanadas y posteriormente reintegradas.

El resultado final ha hecho posible redescubrir la belleza de Jesús Caído, dejando a la vista una policromía más clara, que ahora, quizá, choque acostumbrados a ver al Señor con una tez oscura, pero es indudable que con la impecable restauración ha quedado al descubierto el valor artístico del Caído.