Córdoba crece, y lo hace cada día desde hace años, hacia el Poniente. En esta parte de la ciudad han ido surgiendo poco a poco nuevas calles y edificios que, sin prisa pero sin pausa, han comenzado a llenar de vida espacios que hasta hace poco más de una década estaban desiertos.

Son los nuevos barrios de Córdoba, el lugar que deja ver cuáles son las nuevas tendencias arquitectónicas de los residenciales, que evidencia cómo han variado las formas de vida, las concepciones del espacio y del aprovechamiento urbano o el cambio en los hábitos de consumo. Es la Córdoba que urbanística, social o culturalmente hablando, nació ya con el sello de la modernidad que imprime ver la luz por primera vez en el siglo XXI.

Poniente, norte y sur, son las zonas de expansión de la ciudad previstas en el PGOU. Este área, enorme, se ha ido llenando de vecinos, de bloques y de viviendas adosadas, de centros comerciales a los que se accede por grandes avenidas y rondas de más o menos reciente construcción.

La crisis económica que empezó a asomar las orejas en España alrededor del año 2008 ralentizó en ritmo de construcción de las viviendas y equipamientos pero no la frenó del todo. Por eso desde entonces y hasta la fecha la fisonomía del entorno resulta irreconocible. Aquí se levantan, por ejemplo, un nuevo hospital, supermercados y grandes almacenes, un centro deportivo...

El perfil de quienes han elegido esta zona para vivir es, en su mayoría, el de parejas jóvenes con hijos que buscan un lugar de fácil acceso, urbanizaciones que permitan el esparcimiento de los más pequeños y casas modernas con espacios abiertos.

Los vecinos más veteranos ven como cada día se incorporan a sus barrios nuevas familias. En muchas áreas conviven edificios ya consolidados con otros que están en construcción o pendientes de ser ocupados por los flamantes propietarios.

Los primeros habitantes se encontraron «unos barrios a medio recibir, a medio acabar y faltos de todos los servicios», señala el presidente del Consejo del Movimiento ciudadano, Juan Andrés de Gracia, pero «hoy en día «se van ya colmatando», sobre todo la zona ubicada delante de la ABB, «donde quedan muy pocos solares por construir».

Mientras, en Huerta de Santa Isabel hay aún pendientes zonas por terminar, Cortijo del Cura «ya está hecho entero» y Turruñuelos «prácticamente acabado».

De Gracia considera que «estos barrios han estado padeciendo la falta de servicios mientras se han estado construyendo», y «en algunos sitios se han ido usando los suelos de equipamiento previstos» por lo que considera importante reservar espacios para que en un futuro puedan ubicarse allí, por ejemplo, centros de salud, educativos o cívicos, que a la larga necesitarán quienes residan en esta zona de expansión.

Nuevos servicios

Poco a poco se van incorporando los servicios que van solicitando los vecinos, como los de Correos o los de transporte urbano, aunque «se tiran un tiempo» hasta que «se van cubriendo las necesidades de estos barrios». Es el precio que tienen que pagar quienes llegan primero.

Son, sobre todo, las carencias de las zonas menos consolidadas las que generan «una situación difícil de conciliar», que se va subsanando con la ocupación de los espacios residenciales.

Sin movimiento vecinal

Por otro lado el presidente del consejo de Movimiento Ciudadano explica que los residentes aún no están organizados en asociaciones vecinales, entre otras cosas porque muchos de ellos acaban de llegar, o lo harán en breve. «Lo único que existen por el momento son las comunidades de propietarios». No hay organizaciones que canalicen las peticiones ciudadanas. Eso vendrá con el tiempo.

Por eso son los consejos de distritos de vecinos quienes canalizan las peticiones y quejas de quienes viven en los nuevos barrios de poniente. «En principio son las asociaciones más cercanas las que asumen las reivindicaciones», y desde el Consejo de Movimiento Ciudadano «vamos generando relaciones con ellos y animándoles a que se vayan organizando».

Como ejemplo cita a Huerta de Santa Isabel, donde la Asociación de Vecinos Miralbaida y el Consejo de Distrito son quienes «están defendiendo los intereses de los habitantes», y «en muchos casos, de los que todavía no están».

Precisamente, en esta zona se ha conseguido hacer realidad una de sus reivindicaciones históricas, la construcción del IES Miralbaida, cuyas obras sacó a concurso la Junta de Andalucía en septiembre del pasado año, por un importe de 6,4 millones de euros.

Lo mismo ocurre en Turruñuelos, donde el centro de educación Infantil y Primaria entrará en funcionamiento en breve.

La siguiente demanda, destaca Juan Andrés de Gracia, serán los centros de salud, porque «en la medida que se va acumulando gente y vamos teniendo dimensiones de población que colman los ya existentes habrá que ir generando la petición de unos nuevos», de ahí «la importancia de reservar los suelos» para las futuras necesidades de la población de estos nuevos barrios.

En el mismo sentido, el transporte urbano «va llegando en cuanto hay un mínimo de población» que garantice el uso de los servicios municipales por un número adecuado de usuarios de los autobuses de Aucorsa.

En este sentido, el presidente del Consejo de Distrito de Poniente Sur, Francisco Porras, destaca que esta falta de servicios y equipamientos hay que achacarla a la juventud de estos barrios. De hecho, incluso existe cierta confusión hasta en la nomenclatura de la zona: mientras algunos residentes denominan al barrio como Nuevo Poniente otros optan por llamarle Nuevo Zoco. De momento no hay propuestas oficiales.

Mientras, Concepción Sánchez, presidencia del consejo de Distrito Poniente Norte dice que en las urbanizaciones cercanas a Miralbaida «hay poca gente en cada bloque», por lo que «igual ni han pensado en hacer asociaciones», y menos en los últimos meses por la situación creada por el covid-19. Lo mismo ocurre en Noroeste, donde según la presidenta del Consejo de Distrito, Teresa Caballero, aunque en esta zona sí hubo un amago de crear una asociación vecinal que no llegó a puerto.

Quizá ahora, con la renovación de los órganos de participación ciudadana, que se retoma en septiembre, haya algún movimiento en este sentido. Con todo, Poniente continúa su proceso de expansión y de ocupación. Poco a poco se configurará el carácter de unos barrios recién nacidos, de unos viarios que acaban de inaugurarse, de una zona que crece hacia el lugar en el que se pone sol y donde la ciudad recibe los últimos rayos de luz.