Los 40 fueron unos años especialmente complicados para España. El país intentaba recomponerse de sus cenizas tras la debacle de la Guerra Civil, pero el hambre y la escasez de productos de primera necesidad estaban a la orden del día para buena parte de la ciudadanía. Como lo estaba la posibilidad de tener una vivienda digna, algo que era más que evidente en las grandes ciudades.

En Córdoba la situación se agravó con las inundaciones provocadas por la crecida del Guadalquivir en 1947. El por entonces Obispo de la ciudad, Albino González y Menéndez-Reigada, Fray Albino, impulsa ese mismo año la creación de la Asociación Benéfica La Sagrada Familia, dedicada a la construcción de viviendas para obreros, que dará origen a dos barrios: el Campo de la Verdad y Cañero.

El periodista Francisco Solano Márquez, en su libro La Córdoba de Cruz Conde, señala que una de las principales preocupaciones de Fray Albino por aquellos años era dar respuesta a la que consideraba «la mayor tragedia de nuestro tiempo», tanto que le parecía «inútil predicar mientras haya que construir viviendas».

Es entonces cuando el rejoneador Antonio Cañero, una controvertida figura que despierta filias y rechazos por su actuación militar en el bando de los sublevados durante el conflicto bélico, dona al Ayuntamiento de la ciudad una finca de 50.000 metros cuadrados destinada a levantar viviendas para los más desfavorecidos.

Con el comienzo de la década de los cincuenta comienza a construirse y urbanizarse el barrio, que según explica Solano, inaugura Francisco Franco en 1953, a pesar de que aún no estaba concluido. Quien no pudo asistir fue el propio Cañero, fallecido un año antes, aunque aquel 29 de abril de 1953 «su féretro recorrió la barriada en obras» que llevaba su nombre.

Con todo, las casas comenzaron a ocuparse a partir del mes siguiente, a pesar de las evidentes carencias de Cañero, como la falta de corriente eléctrica. Y aún tendrían que pasar unos años para que la situación terminara de arreglarse.

En julio de 1955 se entregan 800 nuevas casas en el barrio. Diario CÓRDOBA informaba en sus páginas de que en aquellos años tanto el Campo de la Verdad como Cañero habían logrado convertirse en «auténticos pueblos, ya que los vecinos pueden desenvolver allí su vida sin carecer de nada que pueda serles necesario».

Junto a las viviendas se construyeron dos centros educativos, uno masculino y otro femenino; un cine, el Osio, y una parroquia, ubicada en la plaza de Cañero. Precisamente, esta plaza será uno de los emplazamientos que en breve cambiarán su denominación al conservar reminiscencias franquistas, una petición realizada por la comisión de la Memoria Histórica y por el Pleno del Ayuntamiento que el consejo rector de la Gerencia de Urbanismo ha aprobado esta misma semana. Así, la plaza de Cañero pasará a llamarse de los Derechos Humanos, una de las propuestas realizadas por el Consejo del Movimiento Ciudadano tras la apertura del proceso participativo.

Las ansiadas viviendas levantados en los años 50 comenzaron a presentar serios problemas que se prolongaron en el tiempo. En julio de 1966 Diario CÓRDOBA se hacía eco desde sus páginas de la petición vecinal del arreglo de más de un centenar de viviendas. Solicitaban, además, su entrega en propiedad a los vecinos y ponían de manifiesto la necesidad de arreglar la pavimentación del barrio, algo que estuvieron demandando durante más de una década.

Por fin, el 3 de noviembre de 1970, en la sede del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, se firmaban las primeras 150 escrituras de propiedad.

Le seguirían el resto, hasta un total de 1.900 viviendas y locales de negocio cuyos precios oscilaron entre las 37.000 pesetas, para las más pequeñas, de 60 metros, hasta las 125.000 de las casas de dos plantas, de 105 metros cuadrados.