El Ayuntamiento revisa el plan de recogida neumática de basura en el que trabajaba el anterior equipo de gobierno por su elevado coste. El plan especial de recogida neumática, mediante el que en teoría -en la práctica aún no es posible- los residentes de los barrios nuevos depositan la basura en unos locales instalados en su bloque que después es aspirada a través de unas conducciones hasta una planta, deriva del año 2005 pero quedó estancado con la crisis. Urbanismo y Sadeco decidieron en el 2017 retomar el sistema y anunciaron para el 2020 la puesta en funcionamiento de la primera planta, la de Turruñuelos. Entonces había 15,5 kilómetros ejecutados de red para atender a 14.404 viviendas, cuya instalación había costado 20 millones.

La planta de Turruñuelos, que recibirá los residuos de más de 10.000 hogares de esa zona, La Arruzafa, Cortijo del Cura, San Rafael de la Albaida y Huerta de Santa Isabel Este, quedó antes de las elecciones con el proyecto redactado. Su coste era de más de 10 millones, 6 más de lo que se había pensado en un principio al ir soterrada e integrada en el parque, junto al canal del Guadalmellato. La segunda central, la del O7 (Zoco), estaba pensada para una fase posterior. En el 2017, se barajaba su licitación para el 2020. Antes de las elecciones, la idea planteada era una fórmula más simple y menos costosa, al necesitar solo una pequeña nave sin soterrar con capacidad para dar servicio a las 2.500 viviendas de la zona. Entonces, en vez de ubicarla en la zona ajardinada que hay junto a la ronda, la idea era utilizar la parcela municipal que hay libre junto al Mercadona. De esa forma, se pasaba de un presupuesto de 2 millones a 700.000 euros. Las dos plantas son fundamentales, ya que sin ellas el sistema de recogida neumática no se pondrá en marcha.

El nuevo equipo de gobierno revisa tanto una planta como otra, la de Turruñuelos, por su elevado coste y la del Zoco, por su ubicación, que cuenta con el rechazo de los vecinos. En el Ayuntamiento reconocen que 10 millones es mucho dinero para una obra para la que se iban a utilizar los avales depositados (que en el 2017, cuando se hizo el último diagnóstico, eran de 2 millones para la planta de Turruñuelos y de un millón para la del Zoco).

El presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, asegura que se está estudiando la puesta en carga de este sistema, que reconoce que es complicada y que debe abordar con Sadeco. Hay que recordar que todas las edificaciones nuevas deben acometer la red, ya que sin ella no lograrán la licencia de primera ocupación, y que las promotoras están repercutiendo el coste en los compradores. Fuentes quiere mantener una reunión con Ros Zapata, la adjudicataria de la instalación del sistema. «Hay que repasar» el sistema para determinar «su viabilidad», reconoce, y «estudiar» el proyecto de la planta de Turruñuelos «por su elevado coste». Por su parte, el presidente de Sadeco, David Dorado, admite que «hay que revisar» el proyecto de Turruñuelos «para ver cómo abaratarlo, ajustarlo a la realidad y hacerlo ejecutable». Otras fuentes de Sadeco indican también que «se está estudiando y trabajando en la recogida neumática de basura para dar una solución rápida y definitiva» y que «se barajan distintas posibilidades» para la planta del O7, ya que la ubicación planteada junto al Mercadona «no es la más acertada».

PREOCUPACIÓN VECINAL / El futuro del plan de recogida neumática preocupa a los vecinos. El presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, Juan Andrés de Gracia, ha mostrado su «preocupación por el retraso que acumula la planta» de Turruñuelos y está a la espera de conocer si definitivamente irá en el espacio previsto y con el diseño anunciado. Aunque es consciente del «coste excesivo» de aquella central al ir soterrada en vez de semisoterrada, como se pensó en un principio, señala que «el proyecto estaba hecho, por lo que, si se hace otro, significa retraso en un servicio que es obligatorio dar». La noticia que tiene es que «se revisará el proyecto porque no hay posibilidades de hacerlo al ser tan costoso y que se hará otro que reunirá todas las condiciones, semisoterrado y más barato». De Gracia recuerda que «se ha obligado a los compradores de los pisos a pagar y ahora no se encuentran con el servicio». En cuanto a la planta del Zoco, De Gracia muestra su «satisfacción» porque «no se va a hacer junto al Mercadona», sino que «la idea es que vaya en una zona verde», semisoterrada y «lejos de la zona habitada, de forma que los recorridos de entrada y salida de los camiones queden alejados».

El presidente del consejo de distrito de Poniente Sur, Francisco Porras, está a la espera también de tener información al respecto. Lo único que sabe es que la ubicación de la central del Zoco «se va a cambiar» y que la de Turruñuelos «se retrasa» por su «excesivo coste». El consejo veía con buenos ojos la planta de Turruñuelos, pero se quejó del espacio elegido en el Zoco para ubicar la otra. Incluso se llegó a crear una plataforma vecinal para protestar contra la misma.

LOS CONSTRUCTORES / Los constructores exigen al Ayuntamiento que tome cuanto antes «la decisión que tenga que tomar» en relación a la recogida neumática y que no le dé «más vueltas», ya que zonas como el Zoco «están colmatadas» y «es el momento de ejecutar la central». El secretario general de Construcor, Francisco Carmona, explica que «poner en marcha el sistema tiene un coste que hay que precisar», ya que recuerda que algunas infraestructuras son «del 2002 y del 2004 y después del tiempo pasado necesitan una revisión para ver su estado y hacer las reparaciones necesarias», a lo que hay que sumar el coste energético que supondrá su puesta en marcha. Carmona avisa de que «mientras que no estén hechas las dos centrales de recogida, no hacemos nada».

Por ello, sugiere que se haga un estudio y se determine si el sistema es viable desde el punto de vista técnico y económico. En caso de que la respuesta sea positiva, pide que se redacte el proyecto, se licite y en un par de años esté, pero si es negativa, propone destinar la red ejecutada a otros usos como aprovecharla como galería para instalaciones de alumbrado o telecomunicaciones.