El Ayuntamiento de Córdoba está organizando la recogida masiva de datos de ADN de familiares y descendientes de las víctimas del franquismo que puedan hallarse en los cementerios de Córdoba. La asociación Dejadnos Llorar, que dirige Antonio Deza, ha pedido ayuda al Consistorio para que organice en un día esa recogida de datos y que preste algún espacio municipal para ese fin. Se baraja que pudiera hacerse en el centro cívico de Poniente, si bien se está a la espera de que se acuerde una fecha concreta.

La oficina de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía en Córdoba ha recibido unas 140 solicitudes de familiares para que la Administración andaluza iniciara la búsqueda de esos restos. La recogida que se está organizando estará supervisada por el catedrático de Medicina Legal y Forense en la Universidad de Granada José Antonio Lorente, el director del banco de ADN de Andalucía, ubicado en Granada y uno de los cuatro que existen en el país y con el que la Junta de Andalucía suscribió un convenio por cuatro años para concentrar toda la información disponible sobre víctimas de la represión franquista. Se trata de una exigencia recogida en la ley andaluza de Memoria Democrática, que en uno de sus artículos dice que será «la Junta de Andalucía la que realizará pruebas genéticas que permitan la identificación de los restos óseos exhumados. A tal fin, establecerá y gestionará un sistema de banco de datos de ADN en colaboración con las universidades públicas de Andalucía, en el que se registrarán tanto los datos de los restos óseos exhumados como el ADN de personas voluntarias que, tras su acreditación, deseen formar parte de este banco de datos por su condición de familiares víctimas».

Antonio Deza explica que es necesario e importante seguir avanzando en el proceso de exhumación e identificación de restos, que un equipo científico inició hace unas semanas en el cementerio de la Salud. Estos trabajos de investigación ya han dado sus primeros frutos, al encontrar las primeras evidencias criminales: restos de una punta de un proyectil de fusil Máuser y evidencias de violencia en un esqueleto masculino compatible, por el contexto y características antropológicas, con víctimas cuyos restos, según estudios documentales y testimonios, se hallarían en una de las estructuras funerarias perteneciente al cuadro de San Ramón, donde se han iniciado los trabajos. Se calcula que en Córdoba hubo más de 4.000 víctimas.