El Ayuntamiento, a través del área de Infraestructuras, se ha visto obligado a intervenir en la muralla de la ermita de la Aurora, donde durante la primavera pasada se produjeron desprendimientos que denunciaron los vecinos. La primera tarea, que ha comenzado este martes, ha consistido en la poda de las plantas que hay adheridas al muro de la ermita y en la posterior limpieza. Sin embargo, esos no son los únicos trabajos necesarios.
La asociación de vecinos de la Axerquía lleva exigiendo la poda de la vegetación que devora a la muralla desde el año pasado, según explica su presidenta, Juana Pérez Girón, que, a su vez, representa al consejo de distrito Centro. A raíz de los desprendimientos de sillares que se produjeron en mayo, esta asociación, que tiene cedido por Vimcorsa el uso de la ermita para actividades desde 1999, volvió a reclamar la poda, demanda en la que ha seguido insistiendo en los últimos días y que ha dirigido tanto al presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, organismo que, a raíz de los desprendimientos, evaluó el estado de la ermita, como al delegado de Gestión, Antonio Álvarez (al encuadrarse dentro del servicio de Patrimonio, que ha pedido la intervención de Infraestructuras).
Tanto Álvarez como el delegado de Infraestructuras, David Dorado, han visitado este martes la ermita, en la que han estado con Juana Pérez Girón. Dorado asegura que se pedirá un informe al servicio de Arqueología de Urbanismo para saber si se deben retirar o no todas las especies vegetales adheridas a la muralla. Por su parte, Álvarez indica que se trata de la primera intervención que se hará "para quitar el peso que esa vegetación imprimía sobre la propia muralla". Según Álvarez, habrá una encomienda de gestión a Urbanismo para que se encargue del mantenimiento y de la rehabilitación de la muralla.
Pérez Girón, por su parte, exige que se acometa el proyecto de restauración de la muralla y que se revisen otros inmuebles que están teniendo problemas de humedad en la calle San Fernando, donde hace casi un año se produjo el derrumbe de parte del lienzo en un solar de los marqueses de El Carpio.
Quejas vecinales
La ermita no es la única que ha tenido problemas en San Fernando. En esa calle hay cuatro viviendas que tienen lienzo de muralla y que han dirigido escritos a Urbanismo y a la delegación de Cultura de la Junta para denunciar la humedad que padecen y que achacan a la vegetación del espacio ajardinado de un inmueble de Ambrosio de Morales, cuya cota está varios metros por encima.
Uno de los afectados asegura que están "desesperados", "hemos hecho escritos" a las dos administraciones "y no tenemos respuesta" y "estamos en manos de los seguros, pero no responden". El problema es, según explica, que "la falta de drenaje" de la zona ajardinada hace que "el agua de la lluvia vierta en las casas" y provoca "un 80% de humedad". Además de la humedad que padecen, estos vecinos temen desprendimientos de la muralla, en la que, al igual que el inmueble de Ambrosio de Morales, se apoyan tres de las cuatro viviendas (una es de reciente construcción y mantiene una distancia en relación a la misma), como los que ocurrieron en la ermita de la Aurora o los que cortaron la calle San Fernando hace un año. En su caso ha tenido que cambiar el suelo y se han caído los falsos techos. Este vecino considera que la solución "no es podar, sino consolidar y drenar el jardín".
Uno de los residentes en el inmueble de Ambrosio de Morales reconoce que "cuando llueve, se filtra el agua hacia abajo". El presidente de la comunidad de este bloque niega que la humedad de estas viviendas esté provocada por el espacio ajardinado y asegura que hay construcciones "ilegales" de hace más de medio siglo dentro de alguna de las casas que "se han comido parte de la muralla". Según señala, la muralla "ha desaparecido" en parte de la calle con las distintas edificaciones que se han hecho a lo largo de los años. Este vecino afirma que la zona ajardinada lleva allí décadas y que las humedades son más recientes. La solución que ve es la impermeabilización de las viviendas.
