Una de las medidas anunciadas por el gobierno local del PP y Ciudadanos ha echado a andar. El responsable de Hacienda en el Ayuntamiento, Salvador Fuentes, (PP), ha encargado a la interventora municipal una auditoría de las cuentas municipales, que espera tener para septiembre y con la que pretende contar con una «foto contable fija cuantitativa y cualitativa» de la realidad económica del Ayuntamiento y de sus empresas y organismos con el fin de «correjir los errores» que se están cometiendo. No obstante, ha avisado de la carga de trabajo de Intervención, con medio centenar de informes pendientes.

Esa auditoría se centrará en tres ámbitos. En primer lugar, y según explicó ayer Fuentes, el presupuestario, en el que se incluyen el estado de ejecución de los presupuestos municipales del pasado mandato, las modificaciones de crédito realizadas y las medidas de saneamiento adoptadas. En segundo lugar, el contable, que abarca la liquidación presupuestaria y los resultados del remanente de Tesorería. En tercer lugar, la tesorería, que recoge la situación de liquidez en los organismos y el período medio de pago a proveedores.

La auditoría tiene un doble objetivo. Por un lado, la intención del gobierno municipal es establecer unos criterios de actuación en los procedimientos, «unos mecanismos para que todo el mundo haga el mismo planteamiento» y evitar así que existan varios expedientes pidiendo lo mismo. De esa manera se consigue, en palabras de Fuentes, «protocolarizar el funcionamiento del Ayuntamiento para agilizar los procedimientos desde arriba hasta abajo para no echarle la culpa a nadie» y que todos tengan claro cómo actuar. Con esos «mecanismos de control y de auditoría», dijo, se evitan los «cuellos de botella que se están generando en empresas y organismos por no estar familiarizados con unos papeles contables que sean lo suficientemente ágiles que nos garanticen mayor velocidad a la hora de auditar» por falta de un «protocolo transversal de todo el organigrama del Ayuntamiento que garantice procedimientos correctos» y «evite parones».

Por otro lado, la auditoría servirá para incrementar el nivel de ejecución presupuestaria. El reto es, según Fuentes, mejorar la gestión con «ingresos ciertos, una ejecución razonable y que las inversiones se realicen», por lo que garantizó que Hacienda estará «muy encima» de la ejecución presupuestaria de «hasta el último euro».