Las corporaciones municipal y provincial de Córdoba rindieron ayer un homenaje al concejal del PP del Ayuntamiento de Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco, asesinado el 12 de julio de 1997 por la banda terrorista ETA, después de dos días de secuestro por sus asesinos. Ayer se cumplieron 20 años de aquel terrible suceso que conmocionó a toda España. Ambas instituciones rindieron tributo también a todas las víctimas de la banda terrorista.

En el Ayuntamiento, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y concejales de los seis grupos municipales (PSOE, IU, PP, Ganemos, Ciudadanos y UCOR) se unieron en una concentración silenciosa en la puerta del Consistorio, en donde la regidora local leyó una declaración suscrita por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que dio paso a cinco minutos de silencio en memoria del concejal asesinado. Este encuentro se produjo un día después de que esas seis fuerzas políticas fueran incapaces de consensuar una declaración institucional para rendir homenaje a Miguel Ángel Blanco.

En el exterior del edificio de la Diputación, su presidente, Antonio Ruiz, y diputados provinciales de los cincos partidos con representación en esa institución (PSOE, IU, PP, Ciudadanos y Ganemos) también se concentraron con el mismo fin. Allí, y durante un minuto de silencio, rindieron homenaje al edil asesinado y Ruiz leyó el mismo manifiesto de la FEMP, rubricado por el presidente de este organismo y alcalde de Vigo, Abel Caballero.

La declaración institucional leída por Isabel Ambrosio y Antonio Ruiz en cada una de sus instituciones califica ese asesinato como «uno de los crímenes más crueles del desgraciadamente amplísimo y espantoso despropósito criminal de la hoy derrotada democráticamente banda terrorista» y subraya «la macabra cuenta atrás por el ultimátum etarra después de dos días de secuestro» como una de las razones que hizo que «el asesinato nos doliera en lo más profundo de nuestras almas y conciencias». La FEMP resalta en su comunicado «la respuesta ciudadana ejemplar e inequívocamente democrática y su rotundo y unánime ‘hasta aquí hemos llegado’ como una reacción cívica que, a la postre, fue determinante para, primero el aislamiento total y, después, la derrota absoluta desde la libertad, y el final de ETA» Y finaliza con palabras de «respeto y admiración a la memoria de Miguel Ángel Blanco y con él a todas las víctimas de la sinrazón terrorista que tanto dolor nos causó», un tributo que extiende «a sus familias y allegados», así como «un reconocimiento y homenaje a la sociedad española que aquel 12 de julio se levantó democráticamente en defensa de la libertad, la paz y la convivencia».

También hubo concentraciones similares en Puente Genil, Palma del Río, Priego, Rute, La Rambla y Cabra.