El Ministerio para la Transición Ecológica ha autorizado a operar con aviación general a un aeródromo situado a 3,5 kilómetros al Oeste del aeropuerto de Córdoba, abierto desde el 2004 como pista eventual para aeronaves agrícolas en campaña.

Así lo recoge la Resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental por la que se formula el informe de impacto ambiental del aeródromo de Aerodel, que hasta 2017 no recibió la acreditación con la seguridad de las operaciones del aeropuerto de Córdoba de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), denegada en 2006, cuando construyó un hangar y solicitó el permiso para "pista de aterrizaje como aeródromo privado".

La empresa propietaria del aeródromo, que se encuentra en la finca Hoja del Cortijo Rubio, en la zona de la barriada periférica de Villarrubia, sobre una superficie de 65.211 metros cuadrados, puede seguir con la tramitación para ampliar sus actividades a aeronaves de prevención y extinción de incendios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de trabajos aéreos, el mantenimiento de las mismas, la aviación deportiva y la instalación de una escuela de aviación, según la Resolución que publica hoy el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El proyecto prevé un máximo de ocho operaciones diarias, siempre en horario diurno, aunque "raramente alcanzará las seis", principalmente de "aeronaves que llegan o salen del campo por motivos de mantenimiento, y cuyos vuelos pueden producirse cualquier día de la semana", mientras que en "el caso de aeronaves privadas de uso básicamente recreativo o deportivo" los vuelos se realizarán "principalmente los fines de semana y días festivos".

Durante el proceso para "regularizar su situación como aeródromo privado restringido de uso VFR (Visual Flight Rules) para uso de aviación general que permita la operación durante todo el año", se han realizado algunas modificaciones al proyecto inicial por parte de la empresa propietaria, Sociedad Limitada Aeronáutica Delgado, debido a que se encuentra tanto en zona inundable por el río Guadalquivir, justo en su margen derecho, como de una Zona de Especial Conservación, protegida por la normativa medioambiental de la Unión Europea.

Entre estas medidas está el alejar las nuevas instalaciones, entre las que destacan doce nuevos hangares para resguardo de aeronaves, que ocuparán en total 3.600 metros cuadrados, "de la zona del cauce y aminorar los riesgos en caso de inundación" o modificar la aproximación a la única cabecera de pista que se podrá utilizar para los aterrizajes, la Norte, para evitar operaciones que sobrevuelen a baja altura la Zona de Especial Conservación.

En este último caso se ha constatado la presencia de especies de aves pudieran representar "un peligro para el tráfico aéreo", aunque "el hecho de que la mayor parte de los aparatos sean pequeños y de hélice, hace que el ruido y la baja velocidad de operación en las cercanías del aeródromo, permita a las aves conocer y predecir el peligro y alejarse de él".

De todas formas, entre las medidas comprometidas por el promotor del proyecto está el "ahuyentar a las poblaciones de aves de los conos de vuelo, mediante prácticas de cetrería (especialmente halcones o el empleo de figuras artificiales de estas rapaces con prácticas de cetrería)", la "emisión de ruidos mediante altavoces o bien emisión de sonidos de alarma similares a los que emite las aves", la eliminación de "puntos de atracción (para los animales) como pequeños vertederos o pequeños focos de alimentación" y el diseño de "rutas y calendarios de vuelos evitando sobrevolar a baja altitud zonas de paso migratorio y rutas de vuelo usuales de avifauna".

En la actualidad, el aeródromo cuenta con una pista de tierra compactada de 717 metros de longitud (que será recortada en 58 metros) por quince de anchura, un hangar de mantenimiento que se construyó en 2006, tres plataformas de estacionamiento de aeronaves en dos lugares distintos de la instalación, con una extensión total de unos 1.400 metros cuadrados, y una cuba de agua de 1.000 litros y un depósito de espumante de 20 para la extinción de incendios, aunque el abastecimiento de combustible se tiene que hacer en el aeropuerto de Córdoba, porque no cuenta con este servicio.

Además de los doce hangares, el proyecto prevé construir una calle de rodaje de 7,5 metros de anchura, y la instalación de “balizas, señales y manga de viento en cumplimiento de las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional”.

La Resolución del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico establece que “no es necesario el sometimiento al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria del proyecto”, debido a que “no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente”, en la medida de que se cumplan algunas “medidas y prescripciones establecidas”.