"Soy lector compulsivo, siempre me ha apasionado la lengua y el verso y esas dos vías para dar forma al sonido me tienen fascinado». Quién mejor que Santiago Auserón, un músico, compositor y pensador experto en hacer que sus canciones se conviertan en transmisor de letras poéticas, para abrir una edición de Cosmopoética como la de este año, cuyo leit motiv se basa en la idea de romper fronteras. «Para mí la literatura tiene una importancia determinante, algo que sigo estudiando para conseguir que la música y el lenguaje alcancen el mismo nivel», aseguró Auserón, que recordó sus coqueteos con la música desde su más tierna infancia y cómo su música se ha impregnado siempre de la riqueza que aporta el mestizaje. «Desde Bob Dylan se empezó a experimentar nuevas formas de dar estructura literaria a la música popular y de ahí se alimentaron muchos autores como el recientemente fallecido David Bowie», explica el cantante que además de lanzar sus pensamientos al auditorio reunido en el Teatro Góngora, deleitó al respetable con su voz y su guitarra. «La música ha dejado textos impecables y los poetas contemporáneos han estado muy involucrados en el mundo de la música y han escrito música, son dos mundos que, sin confundirlos se han enriquecido uno del otro», aseguró, dejando claro que se trata de dos mundos que no se deben confundir: «El poeta trabaja sin enchufes, solo, su grupo son los ancestros y el músico tiene un grupo que le ayuda e instrumentos que le amplifican».

La voz de Auserón, transmisor indiscutible de emociones, fue el broche de oro a una inauguración que se inició con una lectura en cuatro lenguas y un coloquio presentado por el periodista Jesús Vigorra en el que participaron voces de poetas autorizadas como Ángeles Mora, Sebastiá Alzamora, Bernardo Atxaga y Oriana Méndez. La cordobesa y ganadora del Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Poesía 2016 leyó en español, el poeta traducido a ocho idiomas Sebastiá Alzamora puso voz al texto catalán, Bernardo Atxaga aportó el ingrediente vasco y la joven promesa gallega Oriana Méndez completó la torre de Babel en que se convirtió durante unos minutos el Teatro Góngora de Córdoba. La lectura poética dio paso a continuación a una conversación en torno a cómo la conversación es capaz de negar cualquier frontera humana y lingüísitica. «A pesar de las apariencias, todos estamos muy cerca, incluso lingüísticamente», aseguró Bernardo Atxaga mientras Mora defendió la importancia de compartir lenguas precisamente en un momento tan delicado para España, asegurando que «las fronteras son solo líneas imaginarias que separan, pero la poesía nos une, nos hermana». Alzamora, por su parte, afirmó que "la frontera es un lugar donde acaba una cosa y empieza otra y la poesía un lugar que no empieza ni termina nunca y por eso cruza todas las fronteras". Por último, Oriana Méndez aseguró que "Cosmopoética lleva más de una década haciendo que la poesía cruce porque en realidad la poesía siempre cruza, siempre es tránsito, implica avanzar hacia un pensamiento sin llegar a alcanzarla"...

Mañana, más.