Los responsables de Aucorsa, con el teniente de alcalde de Movilidad, Miguel Ángel Torrico, y la nueva gerente, Ana Tamayo, a la cabeza estudian ya la fórmula para restablecer la antigua ruta de los microbuses del casco histórico y frenar el desplome de viajeros que ha sufrido esta línea en el último año. Según los datos manejados en el consejo de administración de la empresa de autobuses, la línea C2 ha registrado una caída del 53,9% respecto a junio del 2018 (en concreto pierde 4.378 viajeros), mientras que también cae en datos acumulados: si en junio del 2018 estos microbuses acumulaban 51.499 viajeros, este año en esa misma fecha apenas alcanzaban los 24.301 usuarios.

«Estamos barajando todas las alternativas con dos objetivos: recuperar el recorrido que tenían estas líneas y mejorar sus malos resultados, que están directamente relacionados con el recorte de la antigua ruta», explicó ayer Ana Tamayo a este periódico.

Esta línea, que circula por barrios como San Lorenzo, San Andrés o San Pedro y que empezó a funcionar en 2013 (siendo entonces presidenta de Aucorsa precisamente la actual gerente), vio recortados sus trayectos el verano pasado debido a los problemas técnicos y averías que el calor provocaba en las baterías de los vehículos. Entonces, con el fin de evitar que el servicio quedase totalmente interrumpido en el caso de acumulación de averías, Aucorsa optó por modificar parcialmente el recorrido, algo que ha terminado siendo permanente y afectando a los datos estadísticos de la línea. Además del recorte de las rutas, la medida afectó a la frecuencia de los viajes, que se amplió a 30 minutos de media.

Entre las fórmulas que baraja Aucorsa se encuentra la sustitución de los tres microbuses que actualmente dan servicio (vehículos eléctricos) por nuevos vehículos de gas natural. En la anterior etapa, siendo gerente Juan Antonio Cebrián, se llegaron incluso a probar estos microbuses por el antiguo recorrido. Los resultados de dichas pruebas fueron satisfactorios, a pesar de que los microbuses de gas testados son algo más grandes de tamaño que los actuales (lo que al parecer no supuso problema alguno). En concreto, los microbuses de gas tienen capacidad para 27 plazas frente a las 23 de los actuales, los eléctricos, que tienen 5,890 metros, autonomía de 120 kilómetros y una velocidad máxima de 42 kilómetros. El recorrido primitivo del C2, y que ahora se quiere recuperar, tenía 10 kilómetros, se iniciaba en los Padres de Gracia y cubría Realejo, San Andrés, Santa Marina, Puerta del Colodro, Ollerías, Colón, Alfaros, Capitulares, Corredera, San Pedro, Alfonso XII, Puerta Nueva, Frailes y Padres de Gracia.