Disculpen el juego de palabras pero ayer, un año más, el puente festivo del Pilar fue el pilar turístico que llenó el Puente, concretamente el Puente Romano, entre otros muchos entornos monumentales. Y es que para acceder a los alrededores de la Mezquita-Catedral desde la Ribera y el Puente Romano, parecía que todo el mundo quería cruzar bajo la Puerta del Puente. Hasta hubo algún atasco puntual, que no fue porque el vano de la Puerta del Puente sea estrecho. Bien que hacían, que si se viene a Córdoba hay que sentirse a lo grande y no es lo mismo pasar imperialmente bajo un Arco del Triunfo que rodearlo.

El caso es que desde Las Tendillas por Jesús y María hasta el río todo era un ir y venir de gente de cientos de lenguas y acentos. Muchos, más enterados de Córdoba, gracias al móvil y a Google, que muchos cordobeses. Otros tantos, con un despiste sublime: «¿Eso qué es?», preguntaba un turista señalando a la Torre de la Catedral a la entrada de Deanes. «Es la Catedral», le respondía uno de su grupo. «¡Ah! Pues vamos primero a la Mezquita», decía señalando otra calle por la que se fueron. Y pese a todo, ¡qué envidia de sentirse turista en Córdoba! Y todo ello bajo un amable sol y con unas previsiones magníficas para el fin de semana, aunque se espere una fuerte bajada de la máxima el lunes.