Quién iba a decirle al icónico geranio cordobés que un día tendría que compartir protagonismo con estructuras imposibles de coloridos crisantemos, yedras, helechos y hasta opuntias mexicanas. Mayo ya no será el único mes de las flores. Cientos de estas especies naturales han llegado con fuerza a la ciudad para dejar a un lado su uso decorativo habitual y transformarse en potentes universos conceptuales.

En estos momentos, ocho artistas de fama internacional miman pétalos y hojas sin excesiva preocupación por unas previsiones de lluvia que no podían llegar en mejor momento. El Paraíso de Delirio y Deseo, de Tomas de Bruyne, rinde homenaje en el espacio Vimcorsa a la filigrana cordobesa y a la feminidad, pero con pinceladas tecnológicas. Una muestra de «arte contemporáneo respetuoso con las ideas tradicionales» que nos aconseja visitar de noche, por su gran despliegue de luces y sonido. SClBEl grupo mexicano Flores Cosmos ha convertido el Archivo Municipal en un relajante espacio meditativo, e Isabel Marías nos invita a ver un micromundo victoriano tras las cristaleras del patio del Museo Taurino. Todas ellas maravillas efímeras que el viernes aclamadas personalidades de la botánica evaluarán para alzar en victoria a la que será la primera obra que hace de las flores en Córdoba un arte. Un arte en otoño.