Se suele decir de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) que suele ser una excusa para que políticos de todos los signos y responsabilidades se den un viaje a Madrid. También, a veces se ha comentado que algunos de los actos que se presenten tienen poca proyección más allá de la provincia.

Por eso hay quien defiende que a Fitur hay que ir a trabajar y vender producto. Sin embargo, esa faceta también se desarrolla en todos y cada uno de los expositores y el de Córdoba no es una excepción. De hecho cuenta con una sala de encuentros y entrevistas que está en constante actividad.

Fuentes del Patronato de Turismo han indicado a este periódico que en los tres días dedicados a los profesionales (de miércoles a viernes) hay concertadas más de cien citas profesionales. Algunas son de empresas o personas que ya se conocen, otras han utilizado la aplicación que la propia institución ferial organizadora (Ifema) tiene habilitada para tal fin.

Ejemplo de esta actividad es el de Isabel Calvache, representante de Caracol Tours, que mientras negociaba con Gemma Aranda, de Iberia, señalaba que durante estos tres días no paraba de entrevistarse con clientes o posibles colaboradores. Su actividad es intensa, tanto que nos pide que seamos breves con las preguntas porque, asegura, «aquí nos arremangamos, venimos a trabajar» y el tiempo es oro para ella.

Por su parte Rosa Lara, de Justexplore, departía en inglés con un par de candidatos a visitar la provincia de Córdoba con sus grupos organizados. Lara asegura que en estos días llegará a tener unas cuarenta reuniones de trabajo.

Por su parte, Pilar Ramírez esta intentando enterarse de la oferta de un software de aplicación al sector turístico que le está presentando Ester Durán. Ambas coinciden en señalar que «nosotrasvenimos a la feria a eso, a trabajar e intentar sacarle el máximo partido y podríamo decir que lo que realizados son citas exprés para poder aprovechar el tiempo al máximo».

Mientras terminamos esta conversación exprés, ya se han movido los ocupantes de las mesas contiguas y se sientan otros nuevos negociadores. Y, tras el cristal, alguien prueba un micro para una nueva presentación.