La historia de Envasados Lola es la historia de superación de un grupo de mujeres a las que, de golpe, les llegó la crisis tras el cierre de la Azucarera y la Algodonera de Villarrubia. Con una difícil situación económica y en busca de nuevas salidas, Ana Porras, junto con cuatro compañeras más y un compañero que terminó dejando el negocio, comenzaron a formarse para crear su propia empresa agroalimentaria. Eran amas de casa que de la noche a la mañana vieron la necesidad de buscar nuevas salidas profesionales para sacar adelante a sus familias.

Así que en 1998 abrieron las puertas de Envasados Lola, donde envasan recetas caseras y tradicionales elaboradas de manera artesanal con productos 100 por 100 andaluces.

Hoy, se han jubilado dos de las compañeras que iniciaron el negocio y junto a Ana solo quedan Amalia Moreno y Margarita Almagro. Y entre las tres trabajan todo lo que pueden porque siguen manteniendo intacta su ilusión de «contratar a muchas mujeres», aunque por el momento «nuestras expectativas ni se han cubierto ni cumplido». Pero no pierden la esperanza.

Y mientras estas mujeres siguen elaborando sus productos estrella, como los sofritos y los patés de aceitunas, además de platos elaborados, entre los que se encuentran el gazpacho y el salmorejo, que, según cuenta, fueron pioneras en envasar.