En la Plaza de San Ignacio de Loyola, frente a San Hipólito, se encuentra desde hace cerca de dos décadas el Mesón Los Lobos, uno de los más antiguos de este entorno porque en los últimos años los pubs que había en la zona se fueron perdiendo para dejar espacio a lugares dedicados a la restauración.

Jorge Fernández se aventuró a abrir este local después de que dejara atrás Campanero, el restaurante que regentó y del que fue propietario durante una década.

Conserva parroquianos desde entonces, incondicionales de aquella etapa a quienes se han ido sumando otros muchos, atraídos por su cocina. Entre ellos personalidades de la cultura como José Sacristán o Luz Casal, actores, músicos y directores que van a reponer fuerzas tras darlo todo sobre el escenario del Gran Teatro.

Desde su terraza y en las dependencias del establecimiento, Jorge atiende cada día a sus clientes, habituados ya a que la plaza, como él mismo señala, se «haya puesto de moda» como un lugar para comer y tapear, un barrio en el que, según sus palabras, se está «muy a gusto».