Antonio Romero es el presidente de la asociación de vecinos San Antonio de Padua, creada a finales de los 70. Nació en el barrio y, aunque solo estuvo en él durante seis años, recuerda que en los 60 aún había casas sin agua corriente y sin luz y cómo la llegada de un televisor a una tienda ubicada en la calle Valsequillo fue una verdadera revolución en su entorno.

Romero, que volvió al Zumbacón en los 90, señala que este tipo de carencias llevó a los vecinos a crear un colectivo para reivindicar las mejoras que poco a poco fueron llegando. Hoy se han remodelado muchas de sus calles, aunque señala que aún hay trabajo pendiente. Subraya que, aunque el Zumbacón es un buen barrio en el que la vida fluye tranquila y que está situado a pocos minutos del centro, requiere algunas mejoras importantes, entre ellas buscar soluciones para el aparcamiento. Así han propuesto al Ayuntamiento que haga una plaza en la parte de atrás de la iglesia con dos hileras en batería que alivie el estacionamiento en la zona. Y junto a ello consideran necesario disponer de un local para la asociación en los pabellones del antiguo hospital Militar o habilitar en ellos un centro de mayores que evite el desplazamiento hasta Valdeolleros o Carlos III.