El fenómeno de los cortes de luz en el casco histórico va camino de convertirse en un auténtico poltergeist, a juzgar por el misterio que envuelve a las causas que originan los apagones, subtensiones y sobretensiones y a la disparidad de los registros que se manejan cada vez que se produce un apagón en la zona. El caso más esperpéntico tuvo lugar ayer. A primera hora de la mañana de ayer, el grupo de wassap de la asociación La Medina echaba humo con las quejas de los vecinos afectados: «En Cardenal González se ha ido la luz, no sé la hora exacta», «y en Corregidor Luis de la Cerda también», «en Ronda de Isasa se fue y volvió sobre las 5 de la mañana», «también en Martínez Rücker», «en casa se cortó a las 4.30 no sé cuánto tiempo, lo sé porque tengo un reloj enchufado y cuando se va la luz la hora se pone a cero». En plena noche, el horario de afectación bailaba de unas calles a otras, pero gracias a los testimonios de los hoteles de la zona, que tienen recepción abierta toda la noche, la asociación estimaba que el apagón había ocurrido entre las 3 y las 5 de la mañana.

Consultada Endesa al respecto, la respuesta fue inmediata. «Ha habido un corte a las 4.45 horas, pero solo ha durado 1 minuto y 16 segundos». Según la empresa, cuando se produjo el corte, gracias a que la red cuenta con telemandos, se derivó automáticamente el suministro a otra línea, por lo que en un minuto ya se habría resuelto la incidencia.

Aún estaba por ver la tercera fuente, el Ayuntamiento, que justo el martes instaló un medidor conectado al alumbrado público en una calle aledaña a la plaza de Santa Catalina, donde se encuentra uno de los transformadores del que se supone parten muchas de las tensiones, subtensiones y demás averías que denuncian los vecinos. David Dorado, concejal de Ciudadanos que está mediando con Endesa, confirmaba el apagón, pero ¡sorpresa!, según el registro del medidor, el corte no duró ni dos horas ni un minuto, sino que se prolongó durante casi media hora: «De 4.30 a 4.55 horas». El primer dato objetivo obtenido por una fuente distinta a Endesa y a los vecinos ofrece un resultado salomónico, pero confirma el problema. Mientras, la empresa asegura no tener constancia de incidencias y que apenas registra reclamaciones de usuarios, que el problema está más en los medios que en sus redes y los vecinos insisten en que no ganan para reponer aparatos electrónicos. ¿Será cosa de fantasmas?