Alfonso Pontes, un joven de 26 años de Pozoblanco, ha sido uno de los primeros pacientes beneficiarios de la puesta en marcha en el hospital Reina Sofía de la nueva unidad de raquis, la primera unidad multidisciplinar de estas características que existe en Andalucía (compuesta por especialistas en neurocirugía y traumatología). Alfonso, que asistió ayer en el Reina Sofía a la presentación de esta unidad, relató que, antes de ser intervenido por profesionales de esta nueva unidad (en concreto por un equipo dirigido por el neurocirujano Álvaro Toledano y por el coordinador de la unidad de raquis y especialista en traumatología Simón Fuentes) sufría un intenso dolor en las cervicales, debido a una grave afectación en la segunda vértebra cervical (C2), por lo que desde el hospital de Pozoblanco fue derivado al Reina Sofía. Los dolores de Alfonso comenzaron en julio del año pasado. Lo dejaron ingresado para hacerle pruebas, que no aportaban un resultado concluyente. «Había que ver si lo que le ocurría a Alfonso era una lesión, un traumatismo, si podía tener un tumor o padecer una enfermedad rara. Con la muestra que se tomó en la operación supimos que padecía una displasia fibrosa, una patología muy poco frecuente, un proceso inflamatorio que provoca que el tejido óseo normal se sustituye por fibroso, lo que puede debilitar el hueso afectado y hacer que se deforme o fracture», explicó Toledano.

Este neurocirujano precisó que se barajaron varias opciones y se decidió un abordaje simple, pero complejo por la zona de la lesión, para tratar de solucionar el problema en una única intervención. En la zona donde se tomó la muestra había mucha inestabilidad, que era la causante del dolor, y hubo que hacer una fijación vertical poniendo tornillos en algunos cuerpos vertebrales».

Este neurocirujano del Reina Sofía resaltó que en el caso de Alfonso la intervención ha evitado que la fractura fuera a más, ya que con el paso del tiempo podría haberle ocasionado un daño muy grave, incluso pérdida permanente de la movilidad. Por su parte, Alfonso Pontes agradeció el trato recibido en el Reina Sofía y recalcó que «antes de operarme sufría mucho dolor. Ahora me queda aún un periodo de rehabilitación, pero ya me he olvidado de tomar tres pastillas cada 8 horas como antes. Tengo ganas de volver a trabajar, en la estación de servicio en la que tengo mi empleo, y sobre todo de tocar el tambor», añadió este joven.

La nueva unidad de raquis del Reina Sofía tiene previsto atender a unos 2.000 pacientes al año y realizar unas 600 intervenciones quirúrgicas. Ofrece un tratamiento multidisciplinar y consensuado, entre neurocirujanos y traumatólogos, para diferentes patologías de la columna en adultos y niños.