Alfonso Pontes, un joven de 26 años de Pozoblanco, ha sido uno de los primeros pacientes beneficiarios de la puesta en marcha en el hospital Reina Sofía desde mayo del año pasado de la nueva unidad de raquis, la primera unidad multidisciplinar de estas características que existe en Andalucía (compuesta por especialistas en neurocirugía y traumatología).

Alfonso ha relatado hoy en el Reina Sofía que, antes de ser intervenido por profesionales de esta nueva unidad (en concreto por el neurocirujano Álvaro Toledano y por el coordinador de esta unidad y especialista en traumatología Simón Fuentes) sufría un intenso dolor en las cervicales que no remitía, debido a una grave afectación en la segunda vértebra cervical (C2), por lo que desde el hospital de Pozoblanco fue derivado al Reina Sofía.

Los dolores de Alfonso comenzaron en julio del año pasado. Su madre, Julia Cano, narró que, tras realizarle pruebas a su hijo en el Reina Sofía, lo dejaron ingresado en agosto, pruebas que no aportaban ningún resultado concluyente.

“Había que comprobar si lo que le ocurría a Alfonso era una lesión, un traumatismo, si podía tener un tumor o padecer una enfermedad rara. Con la muestra que se tomó en la operación realizada en septiembre supimos entonces que padecía una displasia fibrosa, una patología muy poco frecuente que consiste en un proceso inflamatorio que provoca que el tejido óseo normal se sustituye por fibroso, lo que puede debilitar el hueso afectado y hacer que se deforme o fracture”, explicó el doctor Toledano.

Toledano precisó que se barajaron varias opciones y se decidió por un abordaje simple, pero complejo a la vez por la zona de la lesión, para tratar de solucionar el problema a Alfonso en una única intervención. En la zona donde se tomó la muestra había mucha inestabilidad, que era la causante del dolor, y hubo que hacer una fijación vertical poniendo tornillos en algunos cuerpos vertebrales”.

Este neurocirujano del Reina Sofía resaltó que en el caso de Alfonso la intervención ha evitado que la fractura fuera a más, ya que esto con el paso del tiempo podría haberlo ocasionado un daño muy importante y pérdida de la movilidad.

Alfonso agradeció el trato recibido en el hospital Reina Sofía. “Antes de operarme sufría mucho dolor. Se han portado conmigo como si fueran mi familia. Ahora me queda un periodo de rehabilitación y olvidarme de las tres pastillas cada 8 horas que tomaba antes. Ya tengo ganas de volver a trabajar, en la estación de servicio de la que soy empleado, y volver a tocar el tambor que me gusta mucho”, añadió este joven.