La alcaldesa, Isabel Ambrosio, recibió ayer en el Museo de Santa Cruz, de Toledo, la medalla al mérito cultural de Castilla-La Mancha, concedida al grupo de ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, que Ambrosio preside desde el pasado 1 de julio. El acto estuvo presidido por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y en el mismo ha sido distinguido con la medalla de oro al mérito cultural el ceramista de prestigio internacional Vicente Carranza Escudero y el Ayuntamiento de Brihuega (Guadalajara), entre otras distinciones.

La regidora de Córdoba intervino en nombre de todos los galardonados para agradecer esta distinción, que por primera vez entrega la comunidad de Castilla-La Mancha y que, según Ambrosio, «obliga mucho a quienes lo recibimos, ya que estamos hablando de la máxima distinción cultural de una tierra plagada de personajes ilustres para la cultura universal, que ha sido, es y será un referente cultural imprescindible para este país». La alcaldesa, que intervino por primera vez en calidad de presidenta del grupo de ciudades Patrimonio de la Humanidad, recordó que «desde la conservación y el respeto por el patrimonio, se genera el caldo de cultivo, donde nace y crece con mucha más facilidad el talento y la creatividad». Recordó los vínculos históricos que unen a la ciudad de Toledo y la de Córdoba, señalando que, «si un rey nacido en Toledo como Alfonso X el Sabio, afloró en esta ciudad, hace casi 800 años, una cultura de síntesis que daba cabida a elementos cristianos, musulmanes y judíos, su padre Fernando III ya inició ese camino en Córdoba, lo que se plasmó en un periodo de gran fecundidad entre intelectuales de las tres culturas y que tuvo su máxima expresión en vuestra universal Escuela de Traductores».

La primera edil aprovechó la ocasión para reconocer el trabajo cultural que se está realizando en Castilla-La Mancha, «conscientes de que estamos ante un elemento esencial, no solo para el desarrollo de la ciudadanía, sino además de una palanca económica de primer orden, como se puede comprobar en nuestros pueblos y ciudades».

Insistió en lo que entiende que debe ser la cotidianeidad de la cultura, asegurando que «el idioma que hablamos, el arte, la literatura y el patrimonio del que estamos orgullosos, la gastronomía, las fiestas, las costumbres y tradiciones, juntos forman nuestra cultura, se convierten en una parte de la vida diaria e influyen en nosotros de muchas maneras. La importancia de la cultura es algo que está dentro de nosotros, nos rodea, y es una parte integral de nuestro ser, definiendo la forma en que tratamos a los demás y a nosotros mismos». El acto concluyó con la intervención del presidente Emiliano García Page, que destacó la relevancia de las personas e instituciones galardonadas colocándolas como ejemplo y elemento de autoestima para su comunidad.