Un total de 225 alumnos de doctorado, en su mayoría de la propia institución, participan desde ayer en el V Congreso Científico de Investigadores en Formación de la Universidad de Córdoba, en una cita que se presenta como «una oportunidad para hacer crecer el currículo» de los asistentes y estrenarse en la investigación. Así lo expuso el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, en la sesión inaugural del encuentro en el Rectorado, donde también explicó que el objetivo de este tipo de congresos es la «creación de lazos entre diferentes disciplinas con el objetivo de enriquecer los proyectos de investigación». Además del fomento de la colaboración entre los alumnos de doctorado de materias afines, para muchos doctorandos será la primera ocasión en la que presenten comunicaciones en un evento de carácter científico.

En esta línea, Arturo Chica, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Córdoba, insistió en el carácter «formativo» del congreso, que lleva como lema Creando redes. Esta denominación está integrada en el libro que recogerá todas las comunicaciones presentadas: Creando redes doctorales volumen cinco.

En total, se presentan 194 comunicaciones durante las tres jornadas de trabajo. De ellas, 117 serán orales y 77 se tratan de pósteres. «Para algunos, será la primera experiencia en redactar resúmenes, comunicaciones, ajustarse a las necesidades editoriales… Creemos que es algo muy enriquecedor para un alumno de doctorado», explicó Chica.

El congreso científico contempla la entrega de cinco premios, uno para cada área de conocimiento (arte y humanidades, ciencias de la salud, ciencias exactas y naturales, ciencias sociales y jurídicas e ingeniería y tecnología). También se premiarán los mejores pósteres de cada jornada. Cada galardón está dotado con 500 euros, que puede ayudar a los ganadores a asistir a nuevos eventos científicos.

En la conferencia inaugural, la catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación Rosario Ortega explicó los tres planos que, a su juicio, coinciden en el perfil de las personas dedicadas a la investigación: el personal, el interpersonal y el socioeconómico y político. En el plano personal, Ortega consideró que el investigador es una persona caracterizada «por su creatividad y su pasión por el conocimiento», además de contar con «inteligencia social» que le permite operar entre lo conocido y lo que está por descubrir. El científico es, según Ortega, «tolerante y crítico».