La Universidad Loyola ha analizado el comportamiento de la organización y la docencia durante el confinamiento provocado por la pandemia coronavirus. El alumnado de Loyola califica con un 7,3 sobre 10 tanto la actividad general de la universidad como la docente y académica; además, otorga un 7,1 a la labor de comunicación con los estudiantes durante ese periodo. Otro buen indicador de la labor docente desarrollada es el nivel de satisfacción del alumnado con la atención recibida por parte del profesorado durante el periodo de confinamiento, que ha sido de 7,7 sobre 10.

Aunque más de la mitad del alumnado (55,4%) ha indicado que su motivación ha sido menor que durante la formación en la modalidad presencial, un 65,8% se ha mostrado satisfecho con las competencias adquiridas durante el curso. Además, un 70,2% ha reconocido que las evaluaciones finales se han realizado de manera fiable en lo referente a la autoría y el plagio. La gran mayoría (82,2%) ha afirmado, además, que los profesores les han atendido resolviendo las dudas y consultas relacionadas con las asignaturas.

La Universidad Loyola continuó su actividad en modalidad presencial virtual durante el confinamiento y ha terminado el curso sin apenas incidencias. Se adaptaron a la nueva situación el 100% de las guías docentes y se impartieron más de 10.100 horas de clase de más de 500 asignaturas. Para finalizar el trimestre se desarrollaron en modo presencial virtual más de 300 tutorías personalizadas, un total de 601 exámenes y se presentaron más de 600 trabajos de fin de grado o de fin de máster.

Una vez cerrado el curso 19/20 un 85,4% del alumnado de la universidad recomendaría Loyola a familiares, amigos o conocidos para cursar sus estudios, lo que supone un incremento de 7,6 puntos en la voluntad de recomendación frente al curso anterior. Ese alto índice de recomendación entre el alumnado viene motivado no solo por la garantía de continuidad de los estudios que supone la preparación de la Universidad para continuar la docencia en modo presencial seguro, con su combinación de grupos pequeños y amplios espacios, sino también por las medidas adicionales de seguridad y salud que contempla el plan de contingencia elaborado por la organización para retomar la actividad de forma presencial.

“Pero queremos ir más allá. Queremos aprovechar el impulso tecnológico que hemos cogido y los aprendizajes sobre lo que hemos vivido para desarrollar lo digital de una manera más intensa en nuestra Universidad”, ha comentado Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola. El rector ya ha anunciado que el próximo curso se incorporarán clases en streaming para facilitar la conciliación de horarios, se ampliarán las flipped-class, las tutorías grupales virtuales, e incluso se va a poder contar con más profesorado extranjero invitado en régimen de co-teaching que colaborará en la impartición de las asignaturas gracias a las nuevas tecnologías. “Lo digital abre un mundo de posibilidades para el aprendizaje y será parte de la vida de las nuevas generaciones que acceden a la universidad porque ya es parte de la vida de este siglo y, por eso, lo estamos incorporando, de una forma ordenada, equilibrada y eficiente, en nuestros procesos educativos. El curso 2020-2021 será un curso nuevo en el que, a partir de la experiencia vivida, incorporaremos la dimensión tecnológica, pero sin perder el concepto de la Universidad que somos: una Universidad que se vive, que se experimenta, que demuestra lo muy vital que es porque se transforma, porque se adapta, porque resiste lo inesperado, porque se reinventa para cumplir su misión de formar personas como tú para el mundo del mañana”, ha indicado Pérez Alcalá en un mensaje al alumnado.

La Universidad Loyola continua haciendo pruebas de admisión para grados los días 26 agosto, 11 y 25 de septiembre; y para másteres los días 7 y 24 de septiembre. Para algunas de las titulaciones que ofrece, como Psicología o Relaciones Internacionales y sus dobles grados correspondientes, las plazas están casi agotadas.