Buscar paz en mitad de la ciudad. Aunque la contaminación, tanto acústica como ambiental, pueda confundir a cualquier cordobés que pasee por el barrio de La Fuensanta, los vecinos han decidido hacer de un solar vacío, donde antiguamente se encontraba el cine, un lugar para disfrutar de la tierra.

Se trata de un original huerto urbano público, de carácter abierto y comunitario, donde todo aquel que quiera es bienvenido. Por el momento, son veinticinco los vecinos, de todas las edades, que todos los lunes pasan allí la tarde entre los cinco bancales que existen en la actualidad. Javier, uno de los promotores de esta idea, cuenta cómo a partir de octubre del año pasado el proyecto empezó a coger forma. "Para la Velá de la Fuensanta hicimos cuatro actividades en aquel solar, para decidir entre todos los vecinos qué uso darle y el taller del huerto fue el que más aceptación tuvo", explica Javier.

No obstante, aunque el uso estuvo claro desde el principio, el problema surgía al hablar de financiación del proyecto. Las redes sociales han sido, según explica Javier, "las aliadas que necesitaban". "A través de Facebook hemos pedido que nos dejen azadas, estiércol y demás materiales necesarios para el huerto", comenta este vecino. Y, hasta el momento, la gente se ha mostrado bastante generosa y participativa con la idea. Sin embargo, las herramientas no son lo que les preocupa a estos vecinos. Al tratarse de un solar público, todos los ciudadanos pueden disponer de él para diversos asuntos, entre ellos sacar allí a sus perros. Por ello, los vecinos del huerto han decidido construir una valla metálica, ya que la que había hasta ahora era de madera y se derruía en repetidas ocasiones, "para que los animales no destrocen los bancales donde se encuentran las siembras".

Pero el dinero vuelve a ser el principal obstáculo. "Ahora mismo, la situación no está como para poner dinero, la verdad, más que nada porque no lo tenemos", asegura Javier.

Aún así, ante esta disyuntiva, no se han venido abajo. De nuevo, internet se ha convertido en aliado. A través de la red, los vecinos han lanzado una campaña de crowdfundig para recaudar dinero para la construcción de la valla metálica. "En esta campaña pedimos que la gente cofinancie la valla, 600 euros, a través de la plataforma goteo.org donde pueden aportar desde 5 euros", explica. A cambio, dependiendo de la cantidad que se done, los vecinos se comprometen a colaborar regalando broches de fiesta que una de las vecinas fabrica artesanalmente invitando a un perol o apadrinando un bancal con el nombre del donante.

Este huerto es algo más que un huerto. Es una apuesta, con consenso ciudadano, por la recuperación de un espacio que ha permanecido, según Javier, desde hace 20 años sin un uso determinado. Una manera de demostrar a los políticos cómo la movilización civil puede sacar proyectos adelante.