El número de niños alérgicos a pólenes está creciendo en Córdoba, desde cada vez más temprana edad, según el especialista de la unidad de neumología y alergias pediátricas del hospital Reina Sofía Javier Torres. Desde hace unos años esta unidad está atendiendo a un creciente número de niños de 3 a 4 años, que debutan con alergia clínica a pólenes, cuando lo habitual es que fuera a partir de los 6 ó 7 años. En algunos niños los síntomas son tan intensos y molestos que interfieren en su rutina habitual (ir al colegio, realizar actividad física, hacer deporte o dormir). Javier Torres señala que en esta consulta del Reina Sofía atienden cada año más de mil casos nuevos de alergias de todo tipo y se efectúan cerca de 3.000 revisiones. Solo por alergia al polen del olivo (el cultivo más extendido en la provincia) esta unidad tiene registrados a 1.200 pacientes, precisa este doctor. En esta segunda quincena de abril, los niños alérgicos a pólenes (en Córdoba cerca de 20.000) se enfrentan a la aparición del polen de olivo y gramíneas (los más extendidos), con concentraciones que, aunque aún son muy bajas, seguirán con su escalada hasta llegar a niveles máximos en mayo, apunta la coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA), Carmen Galán. Los alérgicos al polen de olivo empiezan a notar síntomas con apenas 100 granos por metro cúbico, mientras que los de gramíneas presentan sensibilidad con solo 25 granos. En estos días ha acabado en Córdoba también la floración del plátano de sombra, con concentraciones de casi 1.100 granos por metro cúbico, precisa la REA.

Javier Torres expone que en sociedades desarrolladas como la cordobesa se estima que uno de cada tres niños sufre algún tipo de alergia (a alimentos, rinoconjuntivitis, asma y otras menos frecuentes como a medicamentos o a veneno de abejas o avispas). En lo que se refiere a alergias respiratorias, las mismas afectan al 30% de la población pediátrica, lo que en Córdoba equivale a más de 30.000 niños de 4 a 14 años. Un 70% de los menores alérgicos asistidos en el Reina Sofía presentan sensibilidad a uno o más pólenes, así como a ácaros, hongos o epitelios de animales.

EL ORIGEN / Torres explica que la alergia se produce como consecuencia de una respuesta inmunológica exagerada a sustancias inocuas para los no alérgicos. La alergia al polen se manifiesta en forma de rinitis, conjuntivitis y asma y sus síntomas más frecuentes son la rinoconjuntivitis (prurito nasal, ocular, faríngeo o en el paladar; lagrimeo, estornudos o secreción nasal) y asma (tos, sibilancias, pitidos, ahogo, sensación de opresión torácica, obstrucción bronquial). Este experto apunta que las mayores concentraciones de dióxido de carbono y el incremento de las temperaturas medias está detrás de la mayor cantidad y de la duración del polen en el ambiente de algunas especies vegetales, lo que provoca que haya alérgicos que sufran síntomas hasta julio, debido a que gramíneas usadas como césped siguen polinizando o a que especies, como el aligustre, que florecen en verano, muestran reacción cruzada con el polen de olivo. Además, como muchos niños están polisensibilizados, a lo largo de todo el año pueden presentar síntomas relativos a alguna alergia (hongos, epitelio de animales o pólenes). La mayor polución es la culpable a su vez del empeoramiento de la rinitis y asma en la niñez. En cuanto al tratamiento de estas alergias, el diagnóstico por componentes a través de un análisis de sangre permite diseñar vacunas individualizadas para cada alérgico o determinar si no es necesaria esta inmunización. Además, existen otros medicamentos sintomáticos y antiinflamatorios para tratar los síntomas de la alergia.