A pesar de su juventud (nació en Hornachuelos en 1980), Aleix Sanmartín está considerado uno de los consultores políticos más reconocidos de Hispanoamérica, donde asesora campañas electorales y reparte consejos en comunicación política a los candidatos con tanta eficacia que su currículum personal y su empresa, Sanmartín Politics, están sembrados de premios internacionales. Pero a veces él, asentado desde el año 2009 en México, donde ha encontrado no solo trabajo sino un hogar feliz, daría cualquier cosa por catar un flamenquín en alguna taberna de Santa Marina, el barrio cordobés desde el que forjó sus sueños.

--Empecemos por el principio. ¿En qué consiste exactamente una consultoría política?

--En mi caso, ayudo a los candidatos a conectar su historia y mensaje con los ciudadanos. A partir de un modelo de narratología política, basado en roles narrativos (héroes, villanos, víctima y misión) presentamos una historia e invitamos a los votantes a tomar partido en ella. Se trata de un trabajo apasionante y muy divertido.

--Todo eso suena muy americano. ¿Se trabaja en España bien en este terreno?

--Cada vez se trabaja más y mejor. En España, los candidatos y partidos están entendiendo la importancia de la comunicación estratégica en su trabajo diario. La llegada de la consultoría política a España es un fenómeno paralelo al advenimiento de la democracia mediática. Cuando yo empecé éramos muy pocos, ahora hay un auténtico fenómeno de institucionalización de la profesión.

--Ahora que en este país la corrupción ha convertido la política en una de las ocupaciones peor valoradas, ¿bastan las palabras y las dotes de persuasión para convencer al ciudadano de lo contrario?

--La palabras, las imágenes y la liturgia son muy importantes. Pero si este mensaje no va acompañado de hechos que sustenten los símbolos que comunicamos no tiene la autenticidad y credibilidad que se necesita para conectar con los ciudadanos. No es un caso solo de España, en México en este momento el presidente está en entredicho por la corrupción y falta de credibilidad; en Argentina no digamos, y en Panamá, Martinelli está siendo investigado por corrupción.

--¿Cómo ve el panorama político español, donde según las encuestas Podemos sube como la espuma? ¿Qué análisis hace de este fenómeno social?

--Es un fenómeno nuevo en España pero muy conocido en Latinoamérica. Podemos está utilizando el mismo modelo narrativo de Rafael Correa en Ecuador. Los dirigentes de Podemos, en especial Iñigo Errejón, conocen bien la comunicación política latinoamericana y están siguiendo el guión a rajatabla.

--Si ahora fuera asesor de campaña en Andalucía no sabría a qué acudir primero, porque se nos acumulan las citas electorales, en marzo las autonómicas y en mayo las municipales. ¿No es demasiado para el cuerpo?

--Conozco muy bien a Susana (se refiere, claro está, a Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía) y le aseguro que tiene aguante para eso y para más. Lleva siendo un animal político desde que teníamos 18 años.

Antes de asentarse al otro lado del Atlántico, Aleix Sanmartín se estrenó en España a lo grande, pues tuvo mucho que ver en la reelección de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Colaboró en aquella campaña de la mano del entonces ministro de Asuntos Exteriores --y diputado socialista por Córdoba--, Miguel Angel Moratinos, y anota el éxito "al propio Zapatero y a una gestión basada en valores progresistas, protección y libertades públicas del periodo 2004-2008". Y añade que "trabajar con Moratinos en campaña y en el Gobierno fue una de las mejores experiencias de mi vida. Siempre estaré agradecido al ministro Moratinos".

--Supongo que se refiere a su etapa como asesor de Comunicación del Ministerio de Asuntos Exteriores. ¿No cierra puertas en su profesión apostar por un solo partido?

--Somos una firma de servicios profesionales, y como tal ayudamos a candidatos y organizaciones a, en primer lugar, construir su mensaje para después difundirlo con la mayor eficacia posible. A nivel personal tengo una filiación política e ideológica que nunca he ocultado, pero la firma trabaja con partidos y candidatos de todo el espectro político. En México he trabajado con todos los partidos políticos, en Uruguay con el progresista Frente Amplio pero en Panamá con Cambio Democrático, que es un partido conservador.

--¿Qué servicios ofrecen?

--Hemos tenido muchísimo éxito en materia de publicidad política, especialmente spots de televisión. Nos han dado muchos premios. Pero a mí lo que más me gusta y divierte es el planteamiento estratégico y la construcción del mensaje.

--Está usted considerado uno de los principales consultores políticos de habla hispana. ¿A qué cree que se debe? ¿Qué cualidades debe reunir un buen consultor?

--Supongo que se debe a la suerte (ríe abiertamente). Creo que se debe a la pasión por nuestra profesión.

--¿Acepta promiocionar a cualquier político que se lo pida? Lo digo porque algunos son muy difíciles de 'vender'.

--Antes solo trabajaba con políticos de izquierda. Ahora, intento trabajar con políticos a los que respeto desde el punto de vista ético. Eso no siempre es fácil. No trabajo con políticos con los que tengo una visión del mundo totalmente antagónica; por ejemplo, no trabajaría con partidos a favor de la pena de muerte o que en su ideario presentaran un sesgo racista, homófobo...

--Ahora, con la saturación de mensajes online , ¿han cambiado las estrategias?

--El mensaje de un candidato siempre es el mismo. A lo largo de la historia el mensaje se ha adaptado a las innovaciones tecnológicas en la comunicación. Por ejemplo, con la llegada de la radio, la comunicación política, es decir, la propaganda, se adaptó a ese medio. Posteriormente sucedió lo mismo con el advenimiento de la televisión.

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada, máster en Estudios de Opinión Pública y especialista en Comunicación y Gestión Política por la Complutense de Madrid, este joven deportista y amante del ajedrez y la música electrónica posee una sólida formación académica, además de un olfato de sabueso para detectar el pulso ciudadano y sugerir fórmulas para encauzarlo. Lo acompaña también una amplia experiencia docente, habiendo sido vicedecano de la facultad granadina donde se licenció.

--¿Por qué cambió a los universitarios por los políticos y las encuestas?

--No he dejado la docencia. Me encanta. Imparto conferencias, charlas y talleres en muchas universidades de América y sigo participando en algunos másteres de España.

--¿Qué lo impulsó a cruzar el charco?

--México es, después de EEUU, el mejor país del mundo para trabajar en comunicación política. Por el volumen del negocio, por el número de campañas y candidatos y la periodicidad de las mismas no hay ningún otro mercado similar. Solo este año se elegirán en México 2.159 cargos de elección popular, que multiplicado por cinco candidatos por cargo, haga usted números... Digamos que México es a la comunicación política lo que Hollywood es al cine. En seis años en México he trabajado en más de 100 campañas electorales y/o gobiernos, algo imposible desde el punto de vista numérico en España.

--¿Eso fue lo que le llevó a elegir México para vivir?

--Lo elegí por lo que le he comentado antes, además de que aquí conocí a mi mujer, Marina Sodi. La mujer más guapa del mundo, con la que he construido una familia. Es pintora, y con el arte hace crítica política y social. Nos complementamos muy bien. Marina viene de familia de artistas, es sobrina de la cantante y actriz Thalía, una institución aquí --cuenta por teléfono--. Su madre es escritora, su hermana actriz y su cuñado un cineasta muy famoso en México, Diego Luna.

--Qué lejos verá desde México su barrio de Santa Marina...

--No sabe cómo echo de menos mi barrio de Santa Marina. Y los flamenquines en las tabernas. Como La Sacristía, a la que iba desde niño con mi padre... Qué ganas tengo de volver.

Su padre, Angel Sanmartín, fallecido con 58 años hace cinco, era un hombre conocido y querido en Córdoba, hasta el punto de que el día de su funeral, recuerda Aleix con la emoción a flor de piel, "no solo la iglesia, sino la plaza de Santa Marina estuvieron a rebosar de gente, una locura". Fue director del colegio Concepción Arenal y miembro muy activo de la UGT. Una doble pasión, la enseñanza y el sindicalismo, "que siempre compartió con mi madre, aparte de que pertenecía a la Tertulia Taurina de Santa Marina y más cosas".

--Su madre, Belén Fernández, también es una persona muy activa: aparte de dirigir el colegio Salvador Vinuesa, es presidenta de la asociación de vecinos del barrio. ¿La asesora en sus reivindicaciones?

--Al contrario, es mi madre la que me asesora a mí (ríe a carcajadas). Ella tiene muy claras sus aportaciones a la mejora de la educación y de la ciudad. Siempre ha estado vinculada a la educación pública, empezó en programas de integración en Las Palmeras en los años setenta. Ha trabajado en la UGT muchos años. Fundó la Asociación de Directores deColegios y es la presidenta provincial. Y se vuelca en la mejora de patios y cruces, en la cofradía...

--Por curiosidad, ¿de dónde viene su nombre, que suena por lo menos a ruso?

--De la novela Los hermanos Karamazov . Mis padres la leyeron juntos cuando estaban en la universidad y quedaron fascinados con el protagonista, Alexei Karamazov, y los valores que representaba. Ellos querían que su hijo tuviera esos valores... No sé si lo consiguieron pero al menos por ellos no quedó el intento.

--Se ocupa de planificar el futuro de otros, ¿pero y el suyo? ¿Cómo y dónde se ve de mayor?

--La mitad del año entre Córdoba y Madrid y la otra mitad en la playa de Tulum (México), que es la más bonita del mundo.