Al Alcázar de los Reyes Cristianos no se le ha podido sacar aún todo el partido que tiene. El Ayuntamiento lleva varios años intentando recuperar para cordobeses y turistas algunos de los rincones desconocidos del principal monumento municipal. Con ese fin, Urbanismo diseñó hace dos mandatos el plan especial Alcázar-Caballerizas, que quedó a medio tramitar y que extendía los jardines hasta el río eliminando la antigua carretera nacional de la avenida del Alcázar. Con ese objetivo también, el área de Cultura impulsó en el anterior mandato un plan dividido en varias fases que empezaba con la instalación de ascensores, la puesta en valor del Patio de Mujeres y la recuperación de la Puerta Barroca, y en el que sigue trabajando el actual equipo de gobierno. Y con ese fin el Ayuntamiento incluyó en el Plan Turístico de Grandes Ciudades, firmado con la Junta en el 2014, la restauración de la torre de la Inquisición y su conversión en museo, que llevará a cabo el Instituto Municipal de Turismo (Imtur). Con todas estas acciones, y poco a poco, el Alcázar ganará espacio visitable.

Un 25% más

Solo con la torre de la Inquisición restaurada, la zona visitable del Alcázar se ampliará un 25%, según los cálculos de la arquitecta del servicio de Proyectos de Urbanismo María del Carmen Chacón, autora del proyecto junto con el jefe de la oficina de Arqueología, Juan Murillo. Otro 25% más aportará la apertura del Patio de Mujeres, que forma parte de una primera fase de la intervención prevista por Cultura, ejecutada desde hace dos años pero sin estrenar aún a la espera de que se acometa la segunda fase, que se centrará en la fachada de la Puerta Barroca y en el lienzo de muralla del Patio Mudéjar. Como consecuencia del paso del tiempo, el Patio de Mujeres, que conserva ricos restos arqueológicos desde el siglo I al XIII, se ha vuelto a llenar de vegetación y Cultura tiene intención de limpiarlo. Además, en marcha está el contrato de mantenimiento de los ascensores para poderlos poner en funcionamiento.

Cuando se ejecute la segunda fase, que está en la etapa final de redacción y que, por tanto, aún no ha salido a concurso, y se ponga en uso la primera, al Alcázar se entrará por la Puerta Barroca, como hace más de medio siglo, y el itinerario cambiará y empezará por el Patio de Mujeres, donde están las taquillas y los dos ascensores que llevan a la planta alta.

Las zonas visitables irán en aumento conforme se vayan ejecutando otras actuaciones, como la tercera fase del plan de Cultura, que permitirá recuperar y recorrer los adarves (paseos de ronda sobre la muralla) que unen las torres. En un futuro también se podrá acceder a la torre de la Paloma, donde se prevé instalar un ascensor panorámico, tema que se aborda con la Junta e, incluso, a la del Homenaje. A estos planes se suman las mejoras de movilidad, como la instalación de rampas para acceder a los jardines.

Principales tareas

Pero volvamos a la torre de la Inquisición, que es el proyecto que acometerá el Imtur cuando la obra quede adjudicada, hecho que ocurrirá en el 2019. La junta de gobierno local ha dado el visto bueno a la licitación por 185.553 euros y un plazo de dos meses y medio. Este es el proyecto que más ha tardado de los contemplados en el plan turístico, del que aún queda por terminar el Templo Romano, que está en obras, y la restauración de la iglesia del convento de Regina, que fue adjudicada pero la empresa renunció, y sigue en stand by.

La torre de la Inquisición tiene la peculiaridad de que es de «base cilíndrica y la parte alta de la terraza está formalizada con unas aspilleras poligonales», según explica la arquitecta, que añade que posee «tres alturas y tres estancias distintas», que se pondrán en valor, «con la curiosidad de que la de la planta baja está prácticamente inalterada, en un estado bueno de conservación, y no está comunicada con las otras dos estancias, que están en las otras dos plantas». Cuando la intervención esté concluida, a la planta baja de la torre se accederá desde el Patio Mudéjar, mientras que a las dos restantes se llegará desde el piso primero, a través de la galería en la que está el ascensor y que ahora está cerrada con una cancela. En ellas, añade, «se va a proceder a la restauración de la sillería de la fábrica y de la bóveda de ladrillo que existe en todas».

Tras los estudios previos, se han diagnosticado las patologías existentes, a las que se aplicará un tratamiento. Con la intervención, explica Chacón, «la torre se va a quedar restaurada en todo lo que son los elementos exteriores y la fábrica de sillería interna y externa, y en todo lo que es la terraza, y se unificarán las instalaciones, que discurren de manera incontrolada por el interior». La arquitecta señala que las estancias de la torre «tienen elementos de gran interés, a nivel de huellas o grabados, que se van a restaurar» y «las bóvedas, que son todas de ladrillo, tienen una fuerza constructiva interesante». Uno de los atractivos es que la terraza será un «punto nuevo desde el que se vislumbrarán todos los jardines». Además, «se han hecho reproducciones de las saeteras» tras realizar «una fotogrametría en 3D para que haya un molde porque algunas están perdidas y las vamos a reponer». En cuanto al contenido, señala que aún hay que ver «los elementos que irán dentro», ya que ahora «nos limitamos a la obra constructiva y de remodelación de la torre».

Detalles del proyecto

El proyecto indica que la torre de la Inquisición se convertirá en un «pequeño centro de interpretación en el que, mediante paneles y un audiovisual, se explicitará la etapa en la que el Alcázar desempeñó la función de cárcel de la Inquisición, transmitiendo al visitante contenidos relativos al papel que dicho organismo desempeñó entre finales del siglo XV e inicios del XIX como elemento represivo de control ideológico y social». El proyecto señala que el ámbito de actuación se centra tanto «en el alzado como en las plantas» de la torre. En la planta primera, según el documento, «se incorporan al ámbito las dos estancias extremas de la crujía sur más próximas a la torre», además de la parte de la galería sur en una longitud similar». Las dos estancias que se añaden albergarán el contenido museográfico. En la segunda planta, se suman los vestíbulos de acceso a la sala y el que comunica con la escalera de subida a la terraza.

El proyecto detalla que se han detectado patologías como fisuras, humedad, suciedad y la acción de agentes biológicos y químicos, que se combatirán con una limpieza y la restauración. El documento especifica que en el pretil se restituirán las aristas reponiendo piezas de ladrillo que se han perdido; en la primera y segunda planta se limpiarán y se realizará la recuperación volumétrica de las tres saeteras; en los diseños grafiados encontrados en la cámara de la primera planta se aplicarán medidas especiales; y se actuará sobre la carpintería y cerrajería.

Con la apertura de la torre, se dará un paso más en ese empeño por rescatar del olvido estancias cerradas del Alcázar.