El alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha querido defender en primera persona el nuevo sistema de producción y contratación que tendrá parte del Festival de la Guitarra de Córdoba, en concreto los conciertos de gran formato, después de que la oposición se le haya echado encima acusándolo de querer privatizar la cita e incluso de querer "prostiturila", después que se haya publicado en la plataforma de contratación por 3,4 millones de euros. La intención del equipo de gobierno es explicar la iniciativa a los grupos municipales y al Consejo del Movimiento Ciudadano, para tratar de obtener el máximo consenso en el consejo rector del Instituto Municipal de Artes Escéncias (IMAE), que de momento no tienen al haber advertido Vox que votará en contra. El alcalde ha asegurado que la fórmula cuenta con todas las garantías jurídicas y que está en la línea de las que emplean otras ciudades con métodos más privatizadores para la gestión de sus grandes festivales como el de Teatro Clásico de Mérida (concesión demanial), el Grec Barcelona o el de Benicassim en Alicante. También ha respondido a las insinuaciones de Vox, que considera que el contrato tiene "cierto tufillo" y podría estar adjudicado de antemano, preguntándose retórico que "¿qué más interés podemos tener que mejorar el festival?".

Cómo es la nueva fórmula

La nueva fórmula de contratación, a través de un contrato de servicio por concurrencia pública de un año prorrogable dos más, afectará solo a a los grandes eventos y conciertos de gran formato. La empresa adjudicataria tendrá que ofertar siete grandes conciertos en agosto del año anterior a la cita, los organizará y producirá, y a cambio se llevará una remuneración que oscilará entre 400.000 y 500.000 euros y un porcentaje variable de la participación de la taquilla de esos espectáculos. El contrato saldrá por un precio aproximado de 3,4 millones de euros anuales, que permitirán hacer pagos por adelantado a los artistas, algo que no se podía hacer actualmente. "No le damos 3 millones de euros a una empresa para que organice un festival", ha afirmado Bellido.

Los precios de las entradas los fijará el Gran Teatro, que tendrá el control de las taquillas, y se primará la calidad artística del cartel, la coherencia artística de la programación y que tenga un hilo conductor. Con estos cambios, el gobierno local persigue como objetivo "incrementar la calidad artística" del propio festival porque hay margen de mejora; aumentar significativamente la repercusión en la economía y el turismo locales; y mejorar el posicionamiento de la marca Córdoba y del festival. Según los datos facilitados por el alcalde, la media de la última década ha sido de 22.000 espectadores, con una repercusión de la cita fuera de Córdoba "baja" frente a festivales mucho más pujantes. "Con el corazón en la mano, el festival tiene cada vez menos repercusión fuera de nuestras fronteras y escasa repercusión en el turismo local", ha lamentado Bellido.

Asimismo, el alcalde se ha referido al método de contratación que actualmente hay como un método "legal", pero que adjudica "a dedo" los artistas que participan en la cita y "sin concurrencia pública". Este método de contratación, ha explicado, tiene dos problemas: uno para el límite presupuestario, porque si se contrata a caché hay que tener previamente el presupuesto del IMAE. 800.000 euros para contratar artistas; y otro es que los artistas suelen exigir pagos por anticipado que la normativa presupuestaria no permite. La fórmula por la que opta el Ayuntamiento de Córdoba solo afectará a la contratación de conciertos de gran formato, no "al alma" del festival, según ha explicado el alcalde, es decir que no servirá para la contratación de conciertos de guitarra de pequeño y mediano formato, ni del programa formativo. En la misma línea se ha pronunciado la concejala de Cultura, Marián Aguilar, que ha dicho que se ha buscado "la mejor fórmula, sin perder la calidad del festival".