Si el alcalde de Córdoba, José María Bellido, ya era un hombre a dos teléfonos pegado las 24 horas del día, el covid19 lo ha subyugado además a la pantalla de su ordenador y a su tableta. «Yo no sé las veces que cargo los teléfonos al cabo del día», comenta nada más iniciar esta conversación, obviamente telefónica. El decreto del estado de alarma ha revolucionado las dinámicas municipales en general, y la vida del alcalde de la ciudad, que transcurre la mayor parte en su domicilio, en particular. «Ahora mismo mi jornada se sabe cuando empieza pero no cuando acaba, y estoy pisando la calle estrictamente lo necesario», explica quien repartía hasta hace apenas un mes un día normal de trabajo entre las labores de despacho y la presencia en actos en la calle. «Con el coronavirus ya no hay días normales», lamenta.

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Después de la dureza de los primeros días donde el equipo de gobierno tuvo que dar respuesta a numerosas demandas en un tiempo récord, parece que la actividad política se acerca a algo parecido a la normalidad y el jueves incluso se espera celebrar un pleno de presupuestos pleno de presupuestos. «Lo que más tiempo nos ha ocupado ha sido ofrecer una respuesta a la situación de emergencia social sobrevenida: la concesión de ayudas, el reparto de comida o la búsqueda de un lugar para las personas sin hogar», explica Bellido.

Desde su casa, el edil popular tiene conexión directa a toda la información y documentos oficiales a los que podría acceder desde el Ayuntamiento y despacha y firma decretos como si estuviera en la Alcaldía. Lo que ha reducido notablemente son sus apariciones mediáticas de una manera premeditada. «Huyo conscientemente de esa tentación de querer ser protagonista todos los días de la foto. Solo salgo lo necesario y para atender a los medios de comunicación», comenta quien en efecto ha protagonizado varias comparecencias a las que los periodistas han tenido acceso y posibilidad de preguntar en directo. «Es el papel que nos toca jugar ahora. Esto se hace largo y quedan muchos días. No soy del brillo fugaz, sino más bien un corredor de fondo», se define.

El alcalde también se ve así mismo estos días «como una especie de central de información», porque una de sus principales labores es la de coordinar no solo a su equipo de gobierno, sino la de mantener una interlocución directa con el resto de instituciones, empresarios, sindicatos y colectivos. «Esto es un no parar. A diario hablo con mi personal directo de Alcaldía; con los miembros de la comisión técnica del coronavirus, que ha sido fundamental en la gestión de la crisis; con los concejales del gobierno, con la concejala de Servicios Sociales, Eva Timoteo, por ejemplo, he hablado tanto que parecíamos novios, con Bernardo Jordano para la adquisición de material de prevención, esta semana con Salvador Fuentes para los presupuestos», enumera. Además, también a diario mantiene contacto con representantes de otras instituciones como el delegado del Gobierno andaluz, Antonio Repullo, la delegada de Salud, María Jesús Botella, o la subdelegada del Gobierno, Rafi Valenzuela. También destaca el contacto que mantiene con otros alcaldes, sobre todo a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, «con quienes comparto experiencias, soluciones y demandas». Y, por supuesto, con la oposición, a la que agradece haberle alertado de problemas: «Algunas quejas me llegan a través de ellos, pero su papel político es muy complicado ahora, más allá de ayudar», admite.

En un plano personal, Bellido reconoce que lo más duro de la crisis están siendo los casos de amigos y conocidos que se han contagiado y estar tan lejos del resto de su familia. «Echo de menos a mi madre y a mis hermanos, aunque hablamos por videoconferencia». Pese a vivir con su mujer y sus hijas, bromea diciendo que están haciendo «vidas paralelas», aunque procura reservar al menos media hora al día para jugar un rato con sus niñas, de 5 y 9 años. «Lo que tengo trastocados son los horarios, algo impropio de mí. Me estoy acostando tardísimo» y confiesa que también le roba al día unos minutos para ver, como buen fan de Star Wars, la serie The mandalorian. Por eso es alcalde casi casi a full time.