Un concurso gastronómico ha vuelto a agitar ese ancestral coraje que parte de Córdoba dice sentir hacia Sevilla. La respuesta a la provocación no se hizo esperar (otras provocaciones no duelen ni la mitad que el ataque al salmorejo) y la defensa del sello cordobés despertó entre un sector de la población un inaudito patriotismo local. Tras una semana de dimes y diretes, el Ayuntamiento hispalense claudicó y, acostumbrados a tener poco que celebrar, la victoria supo a gloria.

SEVILLA-CÓRDOBA

La polémica tapa. El origen

¿Qué fue antes el coraje a Sevilla o el salmorejo? La semana pasada, el Ayuntamiento de Sevilla anunció a bombo y platillo la celebración de un concurso de tapas titulado Patrimonio Gastronómico de Sevilla en las que se seleccionaría a las mejores. En el listado a votar, figuraba el salmorejo y la cola de toro. Hay quien dice que si este concurso se hubiera celebrado en Abejorreras, nadie hubiera dicho ni mu y hay quien asegura que ni en Abejorreras ni en ningún otro lugar de Andalucía alguien habría osado atribuirse como patrimonio propio tapas originarias de otro lugar. La cuestión es que en este caso, el hambre se sumó a las ganas de comer y la polémica salmorejera propició durante varios días un encendido debate en medios de comunicación y redes sociales. Mientras el patriotismo cordobés se rasgaba las vestiduras en encendidos tweets, Sevilla hacía oídos sordos o se mofaba con la rabieta cordobita. Un espectáculo lamentable cuya única lectura positiva es que durante una semana se haya hablado del salmorejo hasta hartar y que la cuestión del origen haya quedado zanjada dentro y fuera de Córdoba.

QUE HABLEN

Te devuelvo tu salmorejo

Quién sabe si la torpeza de los políticos es premeditada o casual. El concejal de Turismo sevillano encargado del entuerto tardó una semana en disculparse y responder a las quejas de su homónimo cordobés, del mismo signo político. Para zanjar la polémica, prefirió salirse por la tangente y retiró el salmorejo de la lista de platos a votar. Otra opción habría sido reconocer en el catálogo que la tapa era adoptada colocándole el apellido cordobés. En cualquier caso, el pique Sevilla--Córdoba acabó por beneficiar también a la capital hispalense, de cuyo concurso gastronómico hemos hablado hasta la saciedad. El dicho lo deja claro: "Que hablen bien o mal, pero que hablen". Tomen nota los restauradores. La próxima ruta de la tapa cordobesa podría ganar publicidad devolviendo la jugada. Lo difícil será encontrar una tapa puramente sevillana.

EL APELLIDO

A partir de ahora, cordobés

Por mucho que algún sevillano se haya confundido al hablar del salmorejo, la Real Academia Gastronómica Española dejó claro en mayo de este año que el salmorejo no solo es cordobés, sino que está entre los cien mejores platos de la cocina de España. Puede que las dudas surjan por la mala costumbre de economizar palabras que reina en esta tierra. Por eso, igual que hablamos de empanada gallega, crema catalana o paella valenciana, conviene empezar a poner el apellido a los platos cordobeses, para que no dejarlos huérfanos de origen. En eso insistieron esta semana el presidente de la cofradía del salmorejo, Pablo Pombo, y el concejal Ricardo Rojas, que incluso se inventó un pareado promocional: "Estés donde estés, pide salmorejo cordobés".

CALLEJERO

La esperada calle del salmorejo

Si buscan en google "calle salmorejo", las dos primera entradas que aparecen remiten a dos lugares, Santa Cruz de Tenerife y Sevilla. La primera referencia corresponde a una dirección canaria, en la isla tinerfeña, donde no parece haber una calle dedicada al mojo picón, pero sí al plato cordobés. Quién sabe de dónde surgió la iniciativa. La segunda entrada, la de Sevilla (y no se asusten) no remite a ninguna calle real nombrada de este modo en la localidad hispalense, es solo un error, aunque inquietante después de la semana de rifirrafes a cuenta de la sopa de tomate fría. El pasado 24 de abril, día del salmorejo, la Cofradía del Salmorejo Cordobés anunció su solicitud pública para que una calle de Córdoba se llame del salmorejo cordobés, una idea que ya no sería original aunque sí oportuna, visto lo visto. Lo ideal sería que además del nombre, en la calle haya tabernas que sirvan buen salmorejo.

CONTINUARÁ

La 'cola' de toro y el flamenquín

El Patrimonio Gastronómico Sevillano no incluirá ya en su lista el salmorejo. Lo que aún está por ver es si elegirá entre las mejores tapas la cola de toro (rabo de toro a este lado del Guadalquivir). Ese plato, que no tiene cofradía que lo defienda, sigue en el catálogo oficial, ya que al parecer no hay estudios que constaten que su origen también es cordobés, por mucho que todo el mundo en Córdoba lo dé por hecho. Ocurre lo mismo que con el flamenquín, otro indocumentado al que todos dan por cordobés. A falta de papeles, el concejal Ricardo Rojas anunció el otro día el encargo de sendos estudios a la experta Almudena Villegas, la misma que escribió El libro del salmorejo , que establece el origen, la evolución y la preparación de este plato. La única duda que surge al respecto es cuánto costará elaborar tales investigaciones y si correrán a cargo del erario público. La cosa no está para bollos.