Aire, aire/ aire pasa/ aire nuevo/ aire fresco/ pa’ la casa y pa’ las aulas. José Mercé resumiría con estas palabras el debate surgido en las últimas semanas a raíz de la ola de calor que se ha vivido en España en periodo escolar. Desde los años 80 no se vivía en periodo escolar un calentamiento de las aulas como el de este año. Con los termómetros superando los 35 y hasta los 40 grados, las clases de los centros que no cuentan con aire acondicionado se han convertido en verdaderas saunas, suscitando la queja organizada de los padres.

Recogida de firmas

Todo comenzó con la recogida de firmas iniciada en charge.org por el padre de un niño de La Rinconada. En esa propuesta, se exponía la situación en la que miles de menores estaban asistiendo a clase. La polémica saltó inmediatamente al Parlamento andaluz, con protestas de padres y una interpelación de Ciudadanos alertando del «riesgo de salud laboral y del alumnado por el excesivo calor en las aulas» y por la falta de sombras en ciertos centros. España entera, víctima de los termómetros, se dio cuenta de repente de que en la mayor parte de los colegios no hay aire acondicionado y se sumó a la demanda de aire fresco para los escolares. Aire, aire/ aire pasa...

¿Qué hacemos?

Con la amenaza del cambio climático sobrevolando las cabezas recalentadas de unos y otros, se desató la urgencia de dar una respuesta rápida al problema. En ese contexto, la ya exconsejera de Educación, Adelaida de la Calle, salió a la palestra para decir que, en su opinión, no era aconsejable poner aire acondicionado en las aulas, defendiendo a la vez otras medidas más sostenibles. Su intervención le valió todo tipo de reproches de la oposición como los del PP, que exigió a De la Calle una disculpa pública por su «frivolidad». Mientras la cosa se ponía fea para la Junta, el Ayuntamiento de Córdoba decidió dar un paso adelante y el concejal Andrés Pino anunció que el Consistorio se haría cargo de la situación y descargaría además a las ampas de esta responsabilidad sobrevenida. Según fuentes municipales, el 50% de los centros ya tienen aire, instalado por las asociaciones de padres y madres. La alcaldesa refrendó esta idea anunciando que los colegios se dotarían de sistemas de climatización a cargo de los fondos Edusi.

¿Por qué el Ayuntamiento?

Este paso adelante no gustó ni siquiera a los socios de gobierno del PSOE. IU se quejó de que el Ayuntamiento tuviera que «tapar las vergüenzas a la Junta», titular de las competencias en educación, coincidiendo con el resto de grupos, que exigieron la actuación de la Junta.

El agua no llegó al río

Finalmente, el agua no llegó al río. Un cambio de consejera ha sido suficiente para dar un vuelco a la polémica, justo en el ocaso de este curso. Sonia Gaya, relevo de De la Calle, ha optado por rectificar a su antecesora y además de autorizar a los padres para sacar a los niños del colegio horas antes de lo habitual, ha anunciado que en septiembre los centros educativos dispondrán de un protocolo que les dirá cómo actuar en caso de emergencia climatológica. También ha adelantado que se estudiará caso por caso y que en verano se acometerán obras de distinto tipo, incluida la instalación de aire acondicionado, donde haya más necesidad sin concretar zonas o centros a los que se refiere. Lo que el Ayuntamiento no ha aclarado aún es si el último anuncio de la Junta deshace ahora el plan municipal o si el gobierno local seguirá adelante con su idea de colocar aparatos de aire en todos los colegios de la ciudad. El concejal de Educación, Andrés Pino, no ha respondido a esta pregunta, señalando que se está estudiando el coste que supondría la actuación.

Hasta septiembre

El final del curso escolar parece haber calmado la tormenta y aplazado el problema hasta septiembre o, si septiembre es fresco, hasta la próxima primavera. Y eso que la cuestión sigue dando coletazos con declaraciones como la del delegado de Educación de Huelva, que ha vuelto al punto de partida al cuestionar la conveniencia de poner aire en todos los colegios, una medida que, en su opinión, «dañaría el planeta». No le falta razón. A más calor, más calentamiento. Y a más calentamiento, más calor. Aire, aire...