Está prohibido el uso de zonas comunes tales como jardines, parques infantiles, bancos, aparatos deportivos...» reza el comunicado elaborado por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España, que desde el lunes pasado difunde el colegio cordobés para ayudar a frenar el contagio del coronavirus, según manifestó ayer su presidenta, Mercedes Romero. Otras recomendaciones son usar el ascensor «lo imprescindible» y subir de forma individual en él; aplazar las reuniones de comunidades de propietarios; lavarse las manos antes y después del pago cuando se adquiera comida a domicilio, y mantener esta precaución cuando se acaricie la mascota de un vecino.

Estas son las directrices que desde hace días todos los colegios de España están transmitiendo a sus integrantes para que las trasladen a propietarios y vecinos. Mercedes Romero afirmó que «me consta que hay desconocimiento» de estas medidas, aunque, en líneas generales, «estoy viendo un cumplimiento muy grande de las recomendaciones», subrayó.

Uno de los administradores que ha difundido estas pautas es Óscar Espinar, responsable de Administracor (que lleva más de 70 comunidades de propietarios en Córdoba) quien señaló que «hemos tenido que recordarlo en varias ocasiones porque se sigue cometiendo la infracción, es mínimo, pero se ha detectado esa circunstancia».

Este profesional comentó que su comunicación con los clientes es telemática durante estos días. «En la profesión estamos bastante concienciados», aseguró, y en referencia a las comunidades de vecinos añadió que «en algunos sitios, algún vecino o conserje ha puesto carteles, y la mayoría de las empresas de mantenimiento los están poniendo».

En cuanto a la experiencia de los propietarios, Carmen Moreno señaló ayer a este periódico que en su comunidad se estuvo utilizando la zona común en el segundo día de estado de alarma, pero habló con sus vecinos y dejaron de hacerlo. «Decían que se turnaban, pero si un niño estornuda en un columpio y se monta otro, el virus perdura un tiempo ahí», comentó.

Por su parte, Sandra Ambrosio indicó que «me he planteado bajar, aunque, obviamente, no lo he hecho, ni ningún vecino», añadió.

Entre quienes están incumpliendo las recomendaciones se encuentra un padre consultado por este diario, que explicó que «salgo a la azotea y mis vecinos, también», pero «si coincidimos, cada uno se queda en una planta, porque tiene dos. Tengo que sacar a las niñas para que se desahoguen y hagan deporte».

Otra vecina detalló que «subimos a la azotea a tender (lo que sí está permitido). Siempre lo he odiado, pero ahora me parto las piernas por ir», bromeó. También admitió que un día hizo allí ejercicio con familares, aunque «nos hemos enterado de que no se puede y estamos acobardados», indicó.