Adaptarse o morir. El principio darwinista ha servido de inspiración a los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Córdoba, que han tenido que reinventarse y adaptar sus dinámicas de trabajo a la nueva realidad del coronavirus. La mayoría de los concejales acudieron por última vez a Capitulares el viernes 13 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Después de unas primeras jornadas de reajuste, sobre todo a nivel técnico e informático, los ediles retomaron su actividad diaria desde sus casas, alternando, como tantos otros, el teletrabajo y la vida doméstica.

Todos los grupos municipales se han autoimpuesto unas rutinas para continuar con las tareas de fiscalización del gobierno local y seguir siendo altavoz de los problemas de los cordobeses. El principal grupo de la oposición, el PSOE, se coordina y trabaja a través de su grupo de Whatsapp, donde comparten informes, decretos e informaciones relevantes, y de una reunión telemática diaria, donde participan los ocho concejales y los cinco trabajadores del grupo. «Ahí se ponen en común las demandas que desde diferentes colectivos de la ciudad nos hacen llegar. Por ejemplo, al concejal X le han llamado de una oenegé para contar que el reparto de alimentos no ha empezado o le ha llamado la asociación de vecinos de un barrio para decir que aún no ha ido Sadeco», explica Lucía Ruiz, jefa de prensa del grupo municipal socialista.

Otro grupos, como el de Izquierda Unida, han puesto en marcha además una red solidaria de asesoramiento y apoyo para afrontar la crisis del covid-19, «con la que hemos ayudado ya a más de 100 personas que se han dirigido al correo coordina@iu-cordoba.org» para explicar sus problemas o demandas. «Desde el primer momento teníamos muy claro que era y es momento de arrimar el hombro, colaborar y ser propositivos, y es lo que estamos haciendo», explica el portavoz de esta formación, Pedro García.

La mayoría de los concejales acudieron por última vez a Capitulares el 13 de marzo

De hecho, a grandes rasgos, esa ha sido una singularidad de la política local en tiempos de coronavirus, que ha rebajado su nivel de crispación y de crítica política, sin que eso sea óbice para bajar la guardia sobre el control al gobierno. Los partidos están haciendo llegar todas estas demandas y sugerencias a PP y Cs a través de la junta de portavoces, que se celebra de modo telemático cada dos días y que es «el órgano de interlocución y el único canal que hasta el momento ha funcionado entre el gobierno local y la oposición», comentan desde el PSOE.

A estas reuniones hay que sumar los consejos de administración de las empresas municipales y organismos autónomos que se han ido celebrando, y el pleno extraordinario de presupuestos que hay previsto para el jueves próximo. Para grupos pequeños como el de Podemos, con dos concejales, y el de Vox, con otros dos, hacer todas estas tareas desde casa es aún más difícil. Las portavoces de estas dos formaciones, Cristina Pedrajas y Paula Badanelli, respectivamente, deben hacer un esfuerzo mayor para leerse toda la documentación y estar al tanto de lo que ocurre. «Son muchas horas al día trabajando en soledad», comentaba hace unos días la concejala de Podemos, que se encuentra también inmersa en la redacción de las enmiendas a los presupuestos.

Una singularidad de la política local con el covid-19 es que ha rebajado su nivel de crispación

Los que tienen más concejales, como el PSOE, se han subdividido en dos grupos para canalizar las propuestas del ámbito social y las económicas, y para hacer más dinámico y efectivo el trabajo. Los socialistas ya han redactado varios documentos de trabajo aportando ideas al equipo de gobierno y ahora se hayan inmersos en la elaboración de los presupuestos municipales. En IU, los últimos días, han sumado a su dinámica diaria de análisis el trabajo realizado, mediante videollamadas, con su anterior equipo técnico para cerrar propuestas de cara al presupuesto del 2020.

En lo que todos los grupos municipales coinciden también es en la dificultad de colocar su mensaje en una realidad informativa saturada de coronavirus. Para afrontar esa circunstancia, los partidos han diversificado los canales para hacer llegar su trabajo a los ciudadanos: desde las redes sociales, a reuniones virtuales con otros colectivos.