La psicóloga Beatriz Núñez y la psicopedagoga Mª Ángeles Gallardo, miembro de la Asociación Acción Social por la Igualdad, han analizado cuáles deben ser las bases la intervención con menores víctimas de violencia de género, entre los que se encuentran los hijos de las mujeres víctimas de esta forma de violencia. Según ambas expertas, «es imprescindible ofrecer a estos bebés, niños y adolescentes una respuesta coordinada desde todos los ámbitos profesionales» para garantizar una intervención «integral, personalizada y especializada». Toda intervención que no cumpla estos requisitos «contribuirá probablemente a la revictimización de los menores».

Núñez y Gallardo explican que los menores pueden exponerse a esta forma de violencia de muy distintas formas, siendo el más extremo «el asesinato de su propia madre a manos de su progenitor», lo que puede ocasionar «graves secuelas a nivel físico, emocional o psicológico que van desde alteraciones del sueño, síntomas depresivos, problemas de integración en la escuela o alteraciones en el desarrollo afectivo y de comportamiento, que pueden mantenerse o agravarse o incluso aparecer en la edad adulta». Destacan además el hecho de que la visibilidad de los menores que son víctimas de violencia de género, después de años invisibilizados, ha pasado a estar en el centro de atención, por lo que reclaman «que se les escuche con sensibilidad y con el respeto que merecen».

Para ello, la psicóloga y la psicopedagoga plantean que la intervención que se les ofrezca garantice siempre «crear un espacio de protección y seguridad que les permita romper con el silencio, ayudarles a aumentar su autoestima y enseñarles a controlar los pensamientos negativos y de culpa que suelen atormentarles, así como entrenarlos en la resolución pacífica de conflictos».