ABB, una de las históricas industrias del metal de Córdoba, ha comunicado a los sindicatos que presentará en los próximos días un expediente de regulación de empleo (ERE) que, solo en Córdoba, podría afectar a medio centenar de trabajadores (14% de la plantilla). Este ERE, que también incidirá en la fábrica de Bilbao (aquí repercutiría en diez trabajadores), se presentará tras ser rechazado antes de Semana Santa un plan de viabilidad en el que se contemplaba reducir la plantilla de Córdoba en 49 trabajadores, entre prejubilaciones, bajas incentivadas y traslados a la planta de Zaragoza al caer la rentabilidad de la fábrica cordobesa. Entonces, solo se cubrieron las plazas previstas para prejubilaciones, por lo que el plan de viabilidad fue retirado por la multinacional. En la actualidad, Córdoba es uno de los siete grandes centros de producción y servicio que tiene ABB en España, dedicándose a la fabricación de transformadores eléctricos de gran potencia (por encima de los 200 MVA) e interruptores de alta tensión, además de prestar servicios de reparación, mantenimiento y mejora de transformadores y subestaciones eléctricas. CCOO, que preside el comité de empresa de ABB en Córdoba, remarcó ayer en un comunicado que defenderá «el mantenimiento del empleo». El sindicato señaló que «luchará en la negociación por el mantenimiento de los puestos de trabajo y, en el caso de no poder evitarse salidas forzosas, presionará para que se hagan en las mejores condiciones posibles». Por su parte, desde UGT se señaló que intentarán que las salidas «no sean traumáticas y puedan hacerse a través de prejubilaciones». De seguir los plazos que ayer se avanzaron, la primera reunión con los sindicatos será el 21 de junio.

Este anuncio de presentación del ERE se produce en pleno proceso de venta del negocio de power grids (redes eléctricas) al grupo japonés Hitachi. Precisamente, Hitachi ha constituido una empresa en España para asumir el negocio que tiene en nuestro país. El proceso de absorción culminaría, si lleva a buen término, a mediados del próximo año. Fuentes de la empresa indicaron a este periódico en enero que esta operación abría nuevas posibilidades por la dimensión de la firma japonesa, que factura el doble que ABB y «tiene una trayectoria centenaria, potente y con implantación en más de cien países». ABB facturó en España en el 2017 cerca de 750 millones de euros, de los que cerca de un 15% correspondían a Córdoba.