«Nací en Puente Genil, ese es mi pueblo y lo quiero con toda mi alma, pero vivo en Barcelona, donde nacieron mis hijos y mis nietos. Y donde tengo amigos verdaderos de todas partes del mundo. No me importa de dónde vienen ni me preguntan de dónde vengo. Por favor, pensad un poquito en esto los que estáis pensando en un referéndum». Trinidad Pastor nació en Puente Genil, pero vive en Barcelona desde que en 1965 su padre tuvo que emigrar, siendo ella una niña, así que lleva toda la vida en Cataluña aunque no ha perdido nunca el vínculo con Andalucía.

«Estoy viuda, pero mi marido era catalán y mis hijos también lo son», explica. Cuando le hablan del proceso de independentismo se encoge de hombros y dice no entender lo que está pasando en su tierra de adopción. «¿A mí quién me va a decir que no soy española?», pregunta en voz alta mientras asegura que el 1 de octubre no irá a votar porque no tiene claro que su opinión vaya a contar para algo. «Yo vivo en paz en Barcelona, me dedico a ayudar a todo el que puedo y la verdad es que no hablamos de política porque hay gente muy extremista que se acalora muy pronto con este tema, así que yo cambio de tema porque no me gusta discutir».

Centrada en la naturopatía, en la religión y en la espiritualidad, asegura que sus hijos, como ella, son apolíticos. En su opinión, el independentismo tiene su raíz en un tema económico «porque aquí se pagan muchos impuestos al Gobierno central y la gente está harta», comenta, aunque culpa de la situación también al gobierno catalán «porque ha sido muy corrupto durante años». Para concluir pide que la razón se imponga y que «haya paz».