El gaditano Julio Orourke Fernández, de 56 años, se encuentra aún recuperándose del trasplante de pulmón que recibió el 27 de diciembre en el hospital Reina Sofía, hace apenas tres semanas. Este paciente, cuya evolución está siendo muy positiva, fue beneficiario de uno de los 48 trasplantes pulmonares que realizó el Reina Sofía el pasado año, una cifra anual récord en lo que a este órgano se refiere. «A mi donante y a su familia les estaré eternamente agradecido. Siempre he sido donante de sangre, hasta que debido a la fibrosis pulmonar que padecía no me lo permitieron. La sociedad debe saber que, al fallecer, pueden salvar vidas con la donación de órganos y que deben respetar el deseo de su familiar. Gracias a la generosidad de una persona, yo he tenido una segunda oportunidad», señala Julio.

Hasta que supo que padecía una fibrosis pulmonar Julio encadenaba muchos catarros, tos, neumonía, le faltaba el oxígeno. En lista de espera de un trasplante ha estado 3 años y, estando cenando con su familia estas navidades lo llamó el doctor José Manuel Vaquero, del Reina Sofía, para decirle que había un órgano para él. A Julio le han trasplantado el pulmón derecho. Estuvo una semana en la UCI, tuvo alguna complicación en el intestino que superó y ahora, ya en planta, efectúa a diario rehabilitación respiratoria, con la ilusión, no sabe de si poder volver a trabajar, pero sí al menos de disfrutar de una mejor calidad de vida, junto a su mujer y 3 hijos, y de poder hacer de nuevo deporte, respirando sin problema ese oxígeno que antes le costaba tanto.