El Teléfono de la Esperanza no descansa. Está abierto 24 horas los 365 días del año, también durante el periodo de confinamiento por coronavirus que nos obliga a permanecer en casa encerrados. Josefina Santos, que está viviendo como médico en primera línea el impacto de la epidemia, es la coordinadora del teléfono en Córdoba y asegura que desde que empezó la cuarentena la demanda de escucha comprensiva que ofrecen se ha disparado.

«Hemos cancelado todas las actividades presenciales, pero seguimos atendiendo el teléfono desde casa, el 957 47 01 95 en Córdoba, y en estos días la mayoría de llamadas son por el confinamiento», explica, «el mayor aumento se produce por la noche, cuando aumenta la sensación de ansiedad de personas que expresan su miedo al contagio, a perder el trabajo, a cómo estarán los familiares que están lejos, nos cuentan su incertidumbre ante lo que está por venir o la impotencia de los que se han quedado en paro de un día para otro». En estas circunstancias, Josefina asegura que «el hecho de verbalizar el miedo ya ayuda a rebajar la angustia y para quienes llaman sentir que hay alguien que les escucha y les entiende ya supone un alivio porque dejan de sentirse solos ante ello». En ese sentido, subraya la soledad de los mayores, «que ahora ni siquiera pueden salir a la puerta de la calle a que les dé el sol», y que llaman, sobre todo las mujeres, para buscar consuelo.

Para combatir esos miedos, Josefina recomienda marcarse una rutina diaria y «no regodearse en la información que nos llega desde muchos canales, dedicar un tiempo solo a informarnos y luego ocupar la mente en actividades agradables».