Alrededor de 70 menores y una treintena de voluntarios y voluntarias despiden hoy la Escuela de Verano organizada durante el mes de julio por Cruz Roja Juventud en el colegio Guillermo Romero, según informa una nota de prensa de Cruz Roja..

Durante las últimas cuatro semanas, el voluntariado de la entidad ha preparado una gran variedad de talleres para dinamizar las mañanas de los pequeños, que iban desde manualidades hasta expresión corporal, pasando por pintacaras, hábitos saludables o medio ambiente, enmarcados todos en unos objetivos de desarrollo personal y de adquisición de habilidades sociales a través de actividades lúdicas.

Además, dado que la temática central de la Escuela versaba sobre ‘Las Eras’ de la evolución humana, los niños y niñas han tenido que bucear en la Historia para realizar distintos materiales y preparar representaciones en torno a distintas etapas del pasado de la humanidad.

Con un horario que comprende de lunes a jueves entre las 10.30 y las 14 h, el programa de actividades contemplado por Cruz Roja Juventud incluye también un tiempo cada día para refuerzo escolar.

De igual modo, el voluntariado de la entidad ofreció meriendas a media mañana a los alrededor de 70 pequeños que cada semana asistieron a la escuela.

Esta iniciativa, dirigida prioritariamente a infancia en situación de vulnerabilidad con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años -incluidos ahí varios menores refugiados acogidos en la ciudad-, se retomará a partir del 7 de agosto en la sede de la institución humanitaria en Cañada Real de Mestas.

La escuela estival se enmarca y dota de continuidad al programa de actuaciones que la organización pone en marcha durante el curso escolar a través de sus proyectos de ‘Promoción del éxito escolar en menores en riesgo de exclusión social’ y de ‘Ocio y tiempo libre’.

Hay que recordar que las situaciones de pobreza y exclusión que sufren muchas familias redundan de manera especial en los niños y niñas que tienen a su cargo, ya que cada vez son más frecuentes los casos de familias que no son capaces de afrontar los gastos derivados de la escolaridad, y esto incide directamente en el sentimiento de pertenencia de los menores a la escuela y, por tanto, en su rendimiento académico.