Las que más saben del Ayuntamiento de Córdoba (son mujeres y están muy localizadas) advirtieron de que el acto celebrado ayer en el salón de plenos para la toma de posesión de 62 funcionarios fue totalmente inaudito. De hecho, es la primera vez que se celebraba una sesión tan multitudinaria --acudieron no solo los afectados sino sus familiares y amigos-- para oficializar la entrada de estos auxiliares administrativos a Capitulares (de ellos, 56 son funcionarios y 6, laborales). La propia alcaldesa, Isabel Ambrosio, les dio la bienvenida y les dirigió unas palabras de felicitación y reconocimiento por «la dura etapa de sacrificios» que han superado para conseguir esta plaza. 30 de estos funcionarios eran ya interinos de la casa antes de la celebración de las pruebas de selección y 32 son nuevas incorporaciones. Por eso, en el ambiente festivo de ayer se coló indudablemente el recuerdo de esos 30 trabajadores que, tras no superar los exámenes (una pruebas que han tenido diversas vicisitudes administrativas y judiciales), han tenido que abandonar el Ayuntamiento después de años de interinidad y que tratan ahora de recuperar en los tribunales parte de los derechos perdidos. El director general de Recursos Humanos y Salud Laboral, Juan Manuel Pozuelo, que valoró este proceso por el que «se consolida el empleo público», dijo ayer que habría que ver «por qué se ha llegado a convocar 62 plazas, cuando había personas que llevaban unos 20 años» en la casa. Hay que recordar que las administraciones disponen de un plazo de 3 años para la provisión de la plaza ocupada temporalmente.

La entrada de una cantidad significativa de nuevos auxiliares ha provocado un efecto colateral en la Administración local, que se ha visto obligada a suspender temporalmente el servicio de atención ciudadana que se presta en los centros cívicos. Así, mientras los nuevos funcionarios aprenden sus responsabilidades en un periodo de adaptación de unos 3 meses, la atención ciudadana solo se presta en la sede de Gran Capitán.