Los jóvenes cordobeses que hoy han cumplido los 25 años, o están a punto de hacerlo, cuentan con una base académica solvente, ya que el 75% de ellos acabó satisfactoriamente las enseñanzas obligatorias y continuó estudiando, bien en el ámbito universitario, bien en un ciclo formativo, frente a un 25% que no continuó. El 17% de los alumnos con esta edad optaron por estudios universitarios (1.327) el 30,06% por la Formación Profesional de grado medio o superior (2.394) y el 23,2% por bachiller (1.327).

Esta una de las múltiples conclusiones que arroja la Encuesta de Educación y Transiciones al Mercado Laboral, publicada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, que ha seguido la trayectoria de una muestra de los jóvenes nacidos en 1994 en Andalucía hasta ahora.

Dicha encuesta, que tiene como objetivo estudiar cómo ha sido la trayectoria de estos jóvenes en distintos ámbitos de su vida, marca tres hitos temporales en el estudio de esta cohorte: la situación al finalizar la ESO (de 15 a 18 años), su situación a los 18 años y la situación actual. Así, muestra no sólo el nivel de estudios alcanzados al obtener la mayoría de edad, sino otras constantes en las aulas andaluzas, como que la mujer ya es predominante en todas las etapas educativas y que, por ejemplo, entre los jóvenes que optaron por seguir estudiando tras la ESO, la diferencia entre mujeres y hombres es de casi 7 puntos, siendo el porcentaje de mujeres que continúa estudiando de un 84,1%.

En cuanto a la situación vital de estos jóvenes, la encuesta también arroja datos interesantes en Córdoba, como que un 70,5% de los nacidos en 1994 aún sigue viviendo en el domicilio familiar. En cambio, uno de cada 10 (11%) ya ha salido del hogar e incluso de su provincia de nacimiento y reside fuera, y el 12% vive en una residencia o piso de estudiantes. Los principales motivos de estas migraciones son la realización de estudios y la búsqueda de empleo o por motivos laborales.

Uno de los datos que muestra esta encuesta, aunque sin provincializar, es que el porcentaje de jóvenes de 25 años que continúa estudiando después de la ESO baja si nos fijamos en el lugar de residencia. En zonas rurales esta cifra cae más de 11 puntos, con respecto a la media andaluza, hasta el 69,3% mientras que en ciudades sube hasta el 84,2%. Siguiendo con los datos andaluces, el principal motivo por el que los jóvenes no continuaron los estudios es la desmotivación con la propia actividad de estudiar (44,5%), seguido de la necesidad de empezar una vida con autonomía económica (12,7%).