Tres aspectos complican aún más el conflicto. Por un lado, las reticencias de Icomos al posible impacto de un uso procesional intensivo, como se define. Sin embargo, de abrirse la segunda puerta este impacto no sería tan elevado porque ya, de hecho, procesionan en Semana Santa por un pasillo del templo (no se ocupa más) 23 de las 37 hermandades de Penitencia. La afluencia media de turistas en un día es muy superior a los nazarenos que pasarían cada tarde de Semana Santa.

Otra cuestión es que el actual proyecto de segunda puerta no elimina todos los problemas, 12 de los más de 70 pasos no caben por el vano del acceso previsto.

Por último, hay que recordar que el heredero de Rafael de la Hoz se opone rotundamente a que se desmonte la celosía y piensa acudir al juez si es preciso.