La estadística de Justicia Juvenil en Andalucía relativa al año 2016 revela que Córdoba registró el 19% de las mediaciones que se produjeron en Andalucía, sumando 379 de las 2.038 contabilizadas en la comunidad autónoma para los casos de menores infractores. Este proceso tiene el objetivo de evitar llegar a juicio y la cifra supuso un leve incremento respecto a las contabilizadas el año anterior. En algo más de la mitad de los casos estuvieron implicados adolescentes de 16 o 17 años de edad, que son también el grupo más numeroso de los afectados por medidas judiciales.

En referencia a estas medidas, los datos de la Consejería de Justicia e Interior señalan que en el último ejercicio se ejecutaban en Córdoba 629 que no eran privativas de libertad. Precisamente, la libertad vigilada fue la más destacada (315 casos) y otras relevantes fueron las tareas socioeducativas (151) o las prestaciones en beneficio de la comunidad (57). En el caso de los 113 internamientos, los más numerosos fueron los de régimen terapéutico (39); semiabierto (38) y los de fin de semana en centro (20). La Junta afirma que las 742 medidas que estaban en vigor supusieron un descenso interanual del 5%. De este modo, la estadística apunta a un descenso continuado desde el año 2012 en las iniciativas judiciales adoptadas en Córdoba con menores que delinquen.

En la comunidad autónoma se contabilizaron 7.049 intervenciones no privativas de libertad y otras 1.571 de internamiento, por lo que, en total, se encontraban en ejecución 8.620 medidas que afectaban a menores infractores, lo que supuso cerca de un 10% menos en tasa interanual.

Córdoba cuenta con dos centros de internamiento para estos adolescentes y jóvenes, que disponen de un total de 120 plazas. Además de esto, tiene dos grupos educativos de convivencia para atender a 16 personas y otros recursos que se ofrecen son un servicio integral; un equipo de medio abierto; un centro de día y un equipo de mediación. En estas herramientas trabajan 314 profesionales en la provincia, de los que 238 desarrollan su labor en los centros de internamiento (de estos, el 68% son hombres, una tasa superior a la media andaluza) y 38 trabajan en iniciativas de medio abierto.