En condiciones normales, el presupuesto municipal debía haberse liquidado con fecha 31 de marzo, si bien el Ministerio de Hacienda concedió a los ayuntamientos unos días más de gracia para hacerlo. Con el problema que tiene bloquedada la liquidación, el Ayuntamiento de Córdoba acumula ya dos meses de retraso, lo que está teniendo sus consecuencias. Entre ellas, la imposibilidad de empezar a gestionar las llamadas inversiones financieramente sostenibles, es decir, las actuaciones que pueden hacerse con cargo al superávit del año anterior. El presupuesto del 2017 se ha cerrado con un superávit de 23,4 millones, de los que se podrían destinar a inversiones financieramente sostenibles entre 10 y 16 millones de euros, según los cálculos de la Delegación de Hacienda. También se ven afectadas por esta situación las llamadas competencias impropias. Mientras que la liquidación se hace, Alba Doblas puso a trabajar al resto de áreas municipales para que aportasen ideas para invertir el superávit y se han presentado medio centenar de ideas, que están a la espera de la solución de que se cierre el presupuesto.

El PP ya sugirió hace semanas que ese superávit sirviese para bajar impuestos y que las inversiones se destinasen a las zonas desfavorecidas de la ciudad, Policía Local o equipamientos para el casco histórico. Además, el Gobierno central amplió este año el catálogo para invertir el superávit, que antes solo podía destinarse a amortizar deuda, después de las numerosas reivindicaciones de los ayuntamientos.