La Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) 061 en Córdoba recibe cada día numerosos avisos para prestar asistencia. Aunque no haya constancia de que el paciente al que el 061 va a asistir pueda presentar síntomas de coronavirus, los integrantes del equipo que cubre la atención (compuesto por un profesional médico, un enfermero y un técnico de emergencias sanitarias) tienen que ir equipados con el equipo de protección individual (EPI), más reforzado que antes de la pandemia. Es uno de los cambios que estos profesionales han tenido que incorporar a su labor diaria desde que el covid-19 hiciera acto de presencia. Coral Chacón, médica de los equipos de emergencias del 061 en Córdoba y responsable del Grupo Cardiológico, explica que «tenemos que ir protegidos con EPI, mascarilla, gorro, calzas, guantes, pantalla y gafas protectoras».

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Además, en su forma de trabajar también han tenido que introducir modificaciones. Chacón expone que «antes de marzo, cuando llegábamos a la base, no desinfectábamos ni limpiábamos, por ejemplo, los teclados del ordenador, porque teníamos a un trabajador que lo hacía. Sin embargo, ahora por protocolo, a parte de que vienen dos veces a limpiar y a desinfectar, en cada cambio de turno se limpia todo (teclados, pomos...) de forma más exhaustiva aún. Además, prácticamente todos los días se utiliza la máquina de ozono». Esta médica destaca que desde el inicio de la crisis sanitaria se tuvo que reorganizar el cuadrante de guardias, al personal más susceptible de contagio se le ubicó en sala de coordinación y los demás efectivos se repartieron entre los equipos de helicóptero y terrestres, con grupos fijos para evitar posible contaminación. A día de hoy el 061 en Córdoba no ha registrado ningún caso de contagio por covid-19 entre sus profesionales.

«Ponernos estos equipos de protección y usar mascarilla nos obliga a comunicarnos de otra manera en las asistencias. Ya no podemos hablar bajo, tenemos que vocalizar más despacio y no gritar, pero sí levantar algo la voz y, por otro lado, tenemos que controlar los espacios de otra forma e identicarnos más con el paciente. Pacientes a los que les ponemos por protocolo una mascarilla nada más llegar a su domicilio y que alguna vez se han mostrado algo sorprendidos e incluso asustados, sobre todo en los días más críticos de la pandemia, cuando hemos llegado con toda la equipación», indica.

A estos pacientes se les realiza una encuesta epidemiológica para comprobar si han presentado tos, relación alguna con el coronavirus directa o indirecta, aunque su petición de asistencia pueda ser un dolor torácico u otra causa que no guarde conexión con los síntomas de la infección. A los familiares de los pacientes se les pide que se mantengan alejados de la zona de asistencia y tampoco se les permite acompañar a su familiar en la ambulancia, en el caso de desplazamiento. El técnico de emergencias sanitarias además también permanece fuera de la zona de asistencia en el domicilio, como apunta Pedro José Herrera, que desempeña esta función en el 061, va entregando el material que se va necesitando y va a la ambulancia a por algún material si se requiriera, evitando así una posible contaminación que pudiera haber en el domicilio.

Por otro lado, Coral Chacón recalca que en la asistencia que requiera técnicas de aerosolterapia se intentan usar vías alternativas, como la administración de tratamientos mediante cámara espaciadora y cuando se dan consejos telefónicos para que una persona ajena al 061 pueda hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) se le explica que no haga el boca a boca, sino que lateralice la cabeza el paciente y le ponga una mascarilla y que use también mascarilla quien haga las compresiones cardiotorácicas. «Como el coronavirus sigue muy vigente, pedimos a los cordobeses que sigan colaborando, cumpliendo con las medidas preventivas aunque ya no haya estado de alarma, para evitar la expansión del virus y evitemos los rebrotes», añade Chacón.