Los doce patios del histórico edificio y el jardín del Palacio de Viana se pudieron visitar ayer de forma gratuita, siguiendo con lo que se ha convertido ya en toda una tradición cordobesa por la que la Fundación Cajasur y el complejo histórico-artístico se suman así a la Fiesta de los Patios. Aproximadamente unas 6.000 personas visitaron durante la jornada de ayer estos patios, llenándolos de un ajetreo poco habitual en estos espacios acostumbrados a las visitas, pero no a la bulla.

El nublado de la mañana hizo aún más apetecible el recorrido por estas estancias, algunas señoriales, otras más populares con su pozo y algunas otras con el doble guiño de estar abiertas a través de enormes rejas a la calle. Desde el patio de Recibo, pasando por el de Los Gatos, hacia el de Las Rejas o el de La Capilla, para acabar en el de La Cancela, todos estaban al mediodía de ayer repletos de personas comentando lo «hermosas que están las flores» o «lo bien que debía vivir el marqués» en esta casa y con estas plantas. «¡Ojo, lo bonito qué es!», dijo María José, de Huesca, al contemplar el limonero en espaldera. Son un grupo de seis personas, que han venido a Córdoba expresamente desde Huesca y Zaragoza solo para conocer los patios. Ya han visto los del Alcázar Viejo, pero «estos de Viana son otra cosa. Tienen más poderío», comentó esta señora.

A través de los árboles se escucharon palabras en inglés, en francés o el más puro acento sevillano en un grupo del pueblo de Cuervo, que se arrancó a cantar en el patio de La Alberca.

Al llegar al patio de La Cancela, dos sorpresas: una exposición con las letras de salmorejo cordobés y un mercadillo solidario de primavera de la miniempresa educativa de los centros de educación especial Santo Ángel de Córdoba. Este mercadillo también es ya un clásico de esta jornada tras seis años de montaje en Viana. «Es una experiencia muy gratificante para ofrecerles a los chicos la realidad de una miniempresa desde lo que crean en los talleres de encuadernación, lavandería y plantas hasta su venta aquí», explicó la directora del centro Santo Ángel, Milagros Crespo. A la salida, el postre, el coro rociero Aroma de Poniente cantó más de una copla delante de la puerta abierta del Palacio de Viana.