El Concurso Municipal de Patios 2019, el más significativo evento de la Fiesta declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, está viviendo a dos años de cumplir un siglo de existencia una de sus ediciones más singulares y en ciertos aspectos complicadas, después del inusualmente invierno que ha adelantado la floración obligando a los cuidadores de los patios a un sobreesfuerzo económico y de trabajo para presentar con esplendor los recintos.

Aunque en líneas generales los cuidadores de patios han logrado sortear el contratiempo, como ayer explicaba Rafael Barón, presidente de la asociación Claveles y Gitanillas, ello no quita méritos al trabajo realizado, recuerda el responsable del colectivo. Más aún, las perspectivas se complican aún más si se cumplen los pronósticos de la Aemet, que esperan máximas para el próximo fin de semana que rozarán los 40º C, unas temperaturas que perjudicarán especialmente a los patios con más plantas de flor.

CALOR EL FIN DE SEMANA / El inusual calor del invierno y del presente mes de mayo, sin embargo, previsiblemente no influirá en la decisión del jurado que entre hoy y mañana terminará de hacer sus visitas a los recintos en competición, aunque su puntuación final quedará embargada hasta su veredicto del viernes de la próxima semana. Se trata de un sistema que se adoptó hace años para evitar que los patios ganadores se vean congestionados por visitas desde el principio del certamen. Tampoco parece que el calor afectará al número de visitas, 61.142 solo en el pasado lunes, algo que permite hacer buena una proyección de récord superando el millón de visitas al término del certamen. Al respecto, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, afirmó ayer que la afluencia de visitantes «nunca es un riesgo» para la Fiesta, un bien que sin embargo hay que cuidar y para la que plantea reunirse tras esta edición y «programar de cara al futuro cúal es la identidad que tiene que seguir manteniéndose», recogió Europa Press.