Cada uno cuenta la fiesta según le va, que no es un dicho nuevo, pero coincidirán con un servidor en que esta Feria 2018 está siendo como el cielo cordobés de todas las tardes desde el primer día de fiesta: con nubarrones amenazantes, sustos y cargada de electricidad... pero también fresquita.

Ciertamente ha caído algún chaparrón, pero nada comparado con lo que esperaba la Aemet desde el viernes de la pasada semana (ha sido para temer que la Feria acabara trasladada, pero no como se llegó a planear hace años al otro lado de la A4, sino con las casetas flotando sobre el Guadalquivir).

También es verdad que el incendio de este año de la caseta Fosforito encogió el corazón a todos los amantes de la Feria, como igualmente emocionan las muestras de solidaridad que está recibiendo esta caseta y el orgullo que sintió la ciudad cuando se rehicieron de la tragedia en apenas 20 horas. Y es cierto que en esta tormentosa Feria del 2018 hasta las 8.00 horas de ayer el hospital de campaña de la Cruz Roja había atendido a 825 personas, un número similar al del año pasado, pero todas de carácter leve, ya que «se nota mucho cuando la temperatura es moderada, como este año», explicaba ayer Francisco Díez, coordinador provincial de intervención y emergencias de la Cruz Roja haciendo balance del trabajo de cientos de voluntarios en el hospital y mostrando los extraordinarios recursos del dispositivo.

Más aún, a la suavísima temperatura registrada cada día (puede que en ninguna de las 25 ediciones de la Feria en El Arenal se haya quedado todos los días por debajo de los 30ºC de máxima, como en esta ocasión) se le achaca la masiva afluencia en horario de tarde en la Feria, el aumento del consumo medio hasta en un 30% en algunas casetas en el primer fin de semana de Feria (como informaba la concejala de Promoción de la ciudad y responsable de la Feria, Carmen Rodríguez) y un lunes y martes de Feria con una afluencia, a falta de datos oficiales, fuera de lo común.

CIERRE DE 24 HORAS / Y ayer se oyó en El Arenal otro trueno de miedo junto a rayos y centellas. Al menos para las casetas Abril, en la calle Guadalquivir, y en El Rebujito, en la calle Puente Romano, que fueron clausuradas durante 24 horas (hoy abrirán a partir de las 18 horas) para subsanar deficiencias y por haber contravenidos las bases de la convocatoria de la Feria, según confirmó el Ayuntamiento.

Aunque la concejala González en principio no concretó aspectos de las razones del cierre, el comunicado oficial señaló que la caseta Abril, semisegregada de CCOO y con funcionamiento autónomo, había sido sancionada por «el incumplimiento de las bases 5.2.1, 5.2.2., 5.2.3», detallado en el decreto como «control intimidatorio y discriminatorio» del público por parte del personal apostado en la puerta de entrada, por contar con «personal no autorizado y carente de cualificación profesional para ejercer esta actividad» y por la generación de «conflictos con el público en general que intenta legítimamente acceder a la caseta y que arbitrariamente es rechazado».

En el caso de la caseta El Rebujito, la infracción está relacionada con una denuncia emitida por la Policía Local «por venta de alcohol a menores», explicaba el comunicado.

Ambas sanciones se impusieron «después de recibirse las denuncias de la Policía Local y de las valoraciones realizadas en el seno de las comisiones de Feria, tanto técnica como de las asociaciones», recoge la nota oficial.

Por supuesto, los afectados podrán recurrir a posteriori, defenderse y pedir explicaciones y hasta compensaciones, pero de entrada las sanciones se han impuesto, explicó la concejala, a resultas de denuncias de la Policía Local y con el apoyo de la comisión ciudadana de seguimiento de la Feria. De hecho, en la misma tarde de ayer responsables de la federación vecinal Al-Zahara comunicaban públicamente su respaldo a la decisión tomada por el Ayuntamiento.

Y OTRAS, MUY ‘ASUSTADAS’ / La noticia del cierre de las casetas corrió como un reguero de pólvora durante la tarde de ayer en las redes sociales. Quizá en ello tuvo mucho que ver rumores de que se iban a imponer sanciones similares a algunas casetas más de las que hay constancia de cierto desmadre, digamoslo finamente. Sin embargo, al final las sanciones se limitaron a aquellas sobre las que existían expedientes policiales abiertos.

ESPERANDO A LOS PUEBLOS / Para hoy, el último día de la fiesta, acaban los pronósticos de tormenta (también es casualidad) y ayer el concejal Emilio Aumente esperaba e invitaba a través de la prensa a los pueblos de Córdoba a venir al que antaño era un día tradicional de presencia de la provincia, que, sin embargo, se ha ido perdiendo tras años en donde no había aparcamiento junto a El Arenal y décadas en donde se ha asimilado que la combinación de alcohol y volante no tiene cabida. «Se puede hacer de muchas formas sin tener que volver en malas condiciones al pueblo», puntualizaba Aumente

El caso es que la fiesta entra en su recta final y todo está previsto para una apoteósica traca. Hasta se ha pensado en el partido de esta noche de la Champions League y la caseta municipal, entre otras, tendrá una pantalla gigante para seguir el evento.

Que aquí se va a disfrutar hasta última hora aunque nos parta un rayo. Con o sin tormenta.