Cuatro obras en torno a la relación entre el cuarteto de cuerda y la orquesta sinfónica forman el atractivo programa del próximo concierto de abono de la Orquesta de Córdoba, que contará con la colaboración del Cuarteto Diógenes, formado por Stefan, Gundula Kirpal, Alba González i Becerra y Stephen Ristau. Los cuartetos de cuerda de Juan Crisóstomo Arriaga (1806, 1826) son obras de maestras de forma y escritura con referencias a Boccherini, Haydn y, sobre todo, en el Cuarteto de cuerda en mi bemol mayor nº 3 (1823) que escucharemos, Beethoven.

Sonará, a continuación, la Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (1910) de Vaughan Williams. Escrita para cuarteto de cuerda y doble orquesta, la partitura cobra gran importancia histórica, ya que significa la liberación de la música inglesa del dominio germano y el retorno a fuentes propias. Trufada de sonoridades catedralicias y acordes espaciados, la obra está teñida de profundidad, arcaísmo y serena belleza. A continuación, escucharemos la Sinfonía nº 92, en sol mayor, Oxford (1788) de Haydn, una de las más bellas y de las más sutilmente organizadas del austríaco, la última de Eszterhaza y la que sonó en la víspera de su nombramiento doctor Honoris causa por la Universidad de Oxford. Desde la tersa belleza del Adagio inicial hasta el agilísimo Presto final, sutiles lazos unen sus movimientos, dando lugar a una obra extensa y madura. La fuerte influencia del concerto grosso barroco sobre Bohuslav Martinu desemboca en su «música de cámara a escala sinfónica», a la que pertenece su Concierto para cuarteto y orquesta (1931). El compositor bohemio trata el cuarteto como si fuese un instrumento solista, no usa la forma sonata en esta obra y utiliza el procedimiento formal de permitir que las ideas básicas se desarrollen como variaciones polifónicas libres.

CÓRDOBA

GRAN TEATRO

JUEVES 30

20.30 HORAS