La batalla comienza con explosiones, como todas, pero son solo los cohetes que anuncian que se ponen en marcha las trece carrozas que este año han protagonizado el desfile. Dos policías locales a caballo y un coche de caballos de Córdoba Ecuestre con equinos de las cuadras de Antonio Carrillo escoltaban a las carrozas desde donde comenzaba el bombardeo de 90.000 claveles contra la multitud, que a su vez los devolvía a las carrozas con más o menos acierto y buena intención.

Había también en el cortejo organizado por la Federación de Peñas Cordobesas una banda de música que tocaba el Soy cordobés de Los de Sierra Morena, que se ha convertido en todo un himno de las fiestas en la ciudad. Y sobre las carrozas, sobre todo mujeres y niñas, algún hombre también, vestidas de flamencas y con el arsenal de flores dispuesto para la ofensiva. Desde una de estas carrozas lanzaba sus municiones floridas la reina de la fiestas de mayo de la Federación de Peñas, Amara Rodríguez Escudero, de la peña Antonio Fragero, y sus damas de honor.

Lo curioso de esta batalla es que no todos los asistentes quieren devolver las municiones recibidas sino que hay muchos que las guardan en la solapa, en el pelo o en el bolso. Y los que las arrojan de nuevo a las carrozas suelen hacerlo con cierta precaución para no causar grandes daños, aunque más de uno se llevó algún que otro clavelazo, incluso en el palco de las autoridades. Este año, la Batalla de las Flores no solo es el prólogo de las fiestas de primavera, sino que también se ha realizado con el objetivo de apoyar la candidatura de Medina Azahara como Patrimonio Mundial de la Unesco. Así lo ha decidido la Federación de Peñas Cordobesas, organizadora del evento junto al Ayuntamiento de Córdoba.

La delegada de Promoción de la Ciudad, Carmen González Escalante, dijo ayer a Efe que «el calendario se nos ha quedado pequeño» para las fiestas de mayo y mostró su satisfacción por tener la responsabilidad de gestionar «el mayor orgullo de los cordobeses, sus fiestas de mayo».

Tras el desfile tuvo lugar un acto institucional en el Patio Blanco de la Diputación en el que se recalcó el apoyo de las peñas a la candidatura de la ciudad califal. Mientras, operarios de Sadeco se esforzaban en borrar los restos de la batalla.